De cómo los escuderos Freya, Arkoudan, Baelor, Lilo, Edar y Astrid fueron nombrados
caballeros y participaron en la batalla de Meracred Creek.
Meracred Creek" - Flavio Lucio Dextro, cronista
Esta historia sucedió en los tiempos en los que el rey Uther
Pendragon intentaba consolidar su poder sobre Britania. Uno de sus más
poderosos vasallos era el conde Roderick y en su condado seis prometedores
escuderos entrenaban para formar parte de la alta Orden de la Caballería.
Baelor Greatoak era heredero del señorío de Winterbourne Stoke. Caballero pagano nacido de una noble familia, su padre combatió de forma heroica en la batalla de Snowdon, luchando personalmente contra el rey Vortigern y muriendo por su mano. Baelor era un joven de expresión seria afamado por su valentía y su lujuria, y se desconocía si cuando adquiriese el mando de su señorío volvería a instaurar el derecho de "Prima Nocte", tradicional en su familia.
Lilo era heredera del señorío de Tisbury. Pertenecía a una antigua familia que se aferraba aún a los rituales paganos. La tradición más extraña de los señores de Tisbury era que el vástago mayor era siempre entrenado en las artes de las armas, sin importar si era hombre o mujer. Su abuelo fue asesinado en la infame "Noche de los Cuchillos Largos" y su padre murió en la batalla de Windsor con gran gloria, por lo que su odio hacia los sajones era arraigado. De labios gruesos y piernas esbeltas era conocida en la corte por su honestidad e incontenible energía.
Arkoudan provenía de una familia de ricos caballeros. Su voz grave y su elevada estatura (alcanzaba los dos metros) lo convertían en un referente natural en medio de una batalla, elemento en que se encontraba en su salsa. Era conocido por ser un caballero de creencias paganas, cruel y lujurioso, amante de la caza, y su valentía en el combate estaba más allá de toda duda.
Edar descendía de una modesta familia de caballeros, lo que le hacía presentar un aspecto empobrecido y austero. No haber gozado de las mejores comodidades habría hecho enfermar a la mayoría de los hombres, pero a Edar pareció curtirle y según crecía mostró siempre una excelente salud en las peores circunstancias. Pagano hasta los tuétanos, era conocido por su honestidad, valentía, y gusto por las mujeres, entre las que tenía cierto éxito gracias al color inusualmente claro de sus ojos.
Freya y Astrid eran parientes lejanas y descendientes de tercera generación de los primeros sajones que desembarcaron en Britania y juraron lealtad al Emperador Constantino. En su etnia las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres y tal característica había perdurado en su linaje. Ambas adoraban a los dioses ancestrales de sus ascendientes germanos.
Astrid era heredera del señorío de Dinton y el encanto nórdico de su familia se dejaba entrever en su tono de voz melodioso y sus ojos de color azul claro. Tenía tres hermanas menores, y todas ellas demostraban las aptitudes marciales de la familia. De recursos modestos, era conocida por su valentía y -quizás para acallar sus orígenes sajones- su inquebrantable lealtad al conde Roderick.
Freya heredaría algún día el señorío de Newton. Era una mujer agradable y de ojos risueños, con un busto que provocaba tortícolis en los hombres al pasar a su lado. Honesta y valiente compartía con su pariente Astrid su férrea lealtad al conde Roderick. Era propietaria de una reliquia familiar que decían que le permitía ver a través de las mentiras.
Astrid era heredera del señorío de Dinton y el encanto nórdico de su familia se dejaba entrever en su tono de voz melodioso y sus ojos de color azul claro. Tenía tres hermanas menores, y todas ellas demostraban las aptitudes marciales de la familia. De recursos modestos, era conocida por su valentía y -quizás para acallar sus orígenes sajones- su inquebrantable lealtad al conde Roderick.
Freya heredaría algún día el señorío de Newton. Era una mujer agradable y de ojos risueños, con un busto que provocaba tortícolis en los hombres al pasar a su lado. Honesta y valiente compartía con su pariente Astrid su férrea lealtad al conde Roderick. Era propietaria de una reliquia familiar que decían que le permitía ver a través de las mentiras.
Era el inicio de la primavera. Tras una mañana de rutinarios
entrenamientos en el castillo de Vagon, Sir Elad, mariscal de Salisbury e
instructor de los más prometedores escuderos del condado, cuenta lo siguiente a nuestros protagonistas:
“Muchachos,
necesitamos vuestros talentos, ¿emprenderéis una sencilla tarea por el bien del
condado? Los campesinos han informado que hay un oso devorador de hombres en
los campos de Imber. Jamás había oído una cosa similar y lo más probable es que
se trate de un perro rabioso. Pero como si es una ardilla, iréis y os haréis
cargo de la situación, ya que los campesinos dicen que es demasiado peligroso
trabajar en los campos del conde y se niegan a hacerlo”. (Mueve la cabeza
con pesar).
Los escuderos aceptaron el encargo y realizaron a petición
de Sir Elad un pequeño torneo (en el que Freya se cayó ella sola del caballo) para
ver quién sería el líder del grupo. Lilo resultó vencedora y dispuso que
saldrían hacia Imber inmediatamente para hacerse cargo del oso, pero no antes
de que Baelor manifestara su disconformidad ante Sir Elad porque se hubiera
nombrado líder a una mujer.
En el cruce entre la Vieja Senda y el camino vieron a lo
lejos Stonehenge. Posteriormente atravesaron Tilshead y llegaron a Imber al
anochecer.
Allí los caballeros fueron acogidos en la casa del Viejo
Garr, el anciano sacerdote de la localidad que les ofreció una cena frugal a
base de gachas y cebada. El viejo confirmó que efectivamente había un oso por
la región y que a la mañana siguiente podía acompañar a los escuderos por la
zona donde se le había visto por última vez. Garr cedió su casa a los escuderos
para que pasasen la noche pero Edar y Arkoudan no consintieron que el anciano
durmiera en el establo y cedieron su sitio en la casa al sacerdote.
A la mañana siguiente un grupo de campesinos y perros se
unieron a la partida de caza. Lilo dividió a los escuderos en dos grupos para
tener más posibilidades de localizar al oso. En un grupo fueron Lilo, Astrid y
Edar. En el otro Freya, Arkoudan y Baelor. Al poco de separarse Arkoudan decidió ir por su
cuenta pensando que encontraría antes al oso si lo cazaba en solitario.
Los escuderos encontraron al oso al mismo tiempo a excepción
de Arkoudan, que perdió el rastro en el bosque. Lilo fue la más veloz y ensartó su
lanza en el corazón del oso, que cayó muerto tras unos aspavientos.
Nuestros héroes dieron aviso con los cuernos de que habían
cazado al oso y se reunieron con Arkoudan en el lindero donde habían comenzado la
cacería.
Allí Arkoudan manifestó que no aceptaba el liderazgo de Lilo por
su condición de mujer y propuso un duelo para disputarle el liderazgo de la
comitiva y la piel del oso. Lilo valientemente aceptó y tras varios embates fue
derribada por Arkoudan. Cuando éste empezó a impartir órdenes de marcha Astrid dijo
que no admitiría órdenes más que de Lilo, puesto que ella había sido designada
por Sir Elad y nadie salvo el mariscal podía cambiar esa situación. Baelor,
satisfecho hasta ahora con las dotes de liderazgo mostradas por Lilo apoyó a
Astrid. Embargado por la ira Arkoudan abandonó la comitiva y partió por su cuenta
abandonando la historia.
En el camino de vuelta a Imber los escuderos se encontraron
con un pastor que estaba recibiendo una paliza por unos forajidos que querían
robarle parte de su rebaño. Lilo dio la orden de carga y los escuderos se
abalanzaron cada uno contra un bandido. Freya atravesó el corazón de uno
con una precisa estocada. Edar y Baelor derribaron inconscientes a otros dos con salvajes golpes y los
dos últimos que seguían con vida se apresuraron en rendirse.
Finalmente la partida de caza regresó a Imber con sus
prisioneros, donde los campesinos ya habían organizado una fiesta de bienvenida
por la muerte del oso. Hicieron un festín con la carne del animal y festejaron
durante toda la noche. Lilo intentó coquetear con un guapo campesino que
pareció no darse por aludido a las insinuaciones de la escudera.
Al día siguiente los campesinos entregaron limpia la piel
del oso a los escuderos y éstos volvieron a Vagon, donde informaron a Sir Elad
de sus aventuras. Sir Elad se alegró por las buenas noticias y llevó a los
escuderos a la corte del conde Roderick, en Sarum, para que se las narrasen de
primera mano al mismísimo conde.
Cuando llegaron a Sarum un grupo de escuderos se hizo cargo
de los caballos y nuestros héroes pasaron al salón, donde tras unos momentos el
heraldo anunció su llegada y fueron recibidos por el conde. Éste escuchó la
historia narrada por Lilo con gran interés y les felicitó por sus hazañas. Antes
de despacharles y quedarse a solas con Sir Elad los escuderos ofrecieron al
conde la piel del animal cazado como presente, cosa que complació al conde
sobremanera.
Aprovechando la visita a la corte los escuderos se
dividieron. Baelor buscó la compañía de lady Adwen y empezó un cortejo que la
dama no permitió que fuera más allá de una educada conversación. Más suerte
tuvieron las insinuaciones de Freya, que le permitieron pasar parte de la noche en
compañía íntima con Sir Madog, caballero mantenido del conde. Astrid, Lilo y Edar deambularon por la corte y la ciudad para obtener noticias de los alrededores y
Astrid escuchó lo siguiente en una conversación:
“- Merlin está ausente
tras usar buena parte de su magia el año pasado y ayudar al rey Uther a ganar
en la batalla de Damen. Y a pesar de su ausencia el rey ha prometido ayudar militarmente
al duque Ulfius de Silchester.
- Ya sabes que los
magos deben descansar meses tras realizar su magia y que el rey se vuelve
impetuoso sin el consejo del mago. ¡Espero que no actúe de forma imprudente!”
Esa noche tras el banquete, el conde Roderick anunció que
estaba dispuesto a nombrar caballero a aquel que lo mereciera y Sir Elad se
levantó para decir que nadie merecía más ese honor que nuestros cinco
escuderos. Sir Roderick consintió y manifestó que al día siguiente se harían
los juramentos. Baelor agradeció personalmente a Sir Elad que los hubiera
recomendado. Los escuderos, como buenos paganos todos ellos, se prepararon para
pasar la noche en vigilia meditando a la luz de la luna en el patio del
castillo pero Astrid y Edar cayeron vencidos por la fatiga y emociones del día
y se durmieron.
A la mañana siguiente, con el salón del conde engalanado,
los escuderos prestaron el siguiente juramento rodeados por toda la corte:
(Sirvientes colocan la
espada, armadura, riendas y escudo del escudero cerca).
HERALDO: Que por todo
el mundo sea sabido que yo, Sir Roderick, deseo elevar a [NOMBRE DEL CANDIDATO]
al rango de caballero en virtud de su honor, lealtad, valor y destreza marcial.
HERALDO: [NOMBRE DEL
CANDIDATO], ¿juráis y reconocéis a Sir Roderick como vuestro legítimo señor
feudal?
CANDIDATO: Juro.
HERALDO: ¿Juráis
lealtad al rey Uther Pendragon y juráis protegerle y obedecerle mientras
conserve el trono o hasta que la muerte os lleve?
CANDIDATO: Juro.
(El CONDE se levanta y
se acerca al CANDIDATO).
CONDE: Que
éste sea el último golpe que recibís que quede sin justa respuesta.
(El CONDE abofetea al
CANDIDATO. El CANDIDATO se arrodilla ante el conde y coloca las palmas de sus
manos cara arriba. El CONDE coloca las suyas sobre las del caballero].
HERALDO (al
CANDIDATO): Repetid detrás de mi: “Yo, [NOMBRE DEL CANDIDATO], juro
solemnemente poner mi espada al servicio del conde Sir Roderick, mi señor,
defenderle y obedecerle hasta que él abandone este mundo o la muerte me lleve,
y hacer honrar el nombre de la caballería”.
CANDIDATO: (Repite lo
indicado).
CONDE: Y yo, por mi
parte, juro defender y honrar a [NOMBRE DE CANDIDATO] como un verdadero
caballero merece. (El CONDE recibe la espada y toca ambos hombros del CANDIDATO
con la misma. Yo os otorgo el rango de Sir [NOMBRE DEL CANDIDATO]. Recibid
ahora vuestras riendas (se las entrega), vuestro derecho a portar un blasón
(entrega el escudo), y tomad ésta, mi espada (le da la espada) para utilizarla
a mi servicio y en mi defensa. Alzaos, Sir Caballero.
Tras ello los recién nombrados caballeros se aprestaron a
realizar “el brinco”, una costumbre de la corte del conde que consiste en
saltar sobre su caballo totalmente armados. Lilo, Astrid y Baelor lo consiguieron
entre aplausos, pero Edar y Freya no tuvieron tanta suerte provocando con sus
caídas las carcajadas bien avenidas de la corte.
Los meses se sucedieron y principios de verano el Rey Uther convocó a sus vasallos en Salisbury. Sir Lady Astrid, Sir Lady Freya y Sir Baelor acudieron a la corte del conde Roderick en respuesta a su llamada. Fue allí donde Sir Lady Freya escuchó la siguiente conversación entre varios siervos.
"- ¡Es terrible! ¡He oído que cientos de sajones han desembarcado para ayudar al Rey Hengest! Una cosa te digo, ese hombre es el hijo del diablo.
- Confío en que el Príncipe Madoc nos protegerá. Es un hombre atractivo y de habla audaz. Pero todo dependerá de cómo se comporte en batalla, claro.
- Sí, es una pena que sea hijo ilegítimo. Ningún bastardo lo tiene fácil para heredar. Y cuando llegue la hora del viejo rey, lo tendrá difícil para hacerlo salvo que haya realizado grandes hazañas.
- Escuchad corazones, haría falta algo terrible para quitar de en medio al bueno del Rey Uther. ¡Madoc aún tendrá que esperar mucho hasta poder heredar!
- ¿No crees que mentarlo puede traer mala suerte?
- Para nada. Otra cosa, ¿sabéis que Merlín se ha marchado?
- Bueno, él siempre va y viene a su voluntad.
- Sí, pero se ha ido otra vez, y en qué momento..."
En el banquete que se celebró la noche previa a la marcha del ejército el príncipe Madoc pronunció las siguientes palabras:
"¡Nuestros espías informan que otro ejército sajón ha desembarcado en el este! ¿Es que estos demonios no van a parar de venir nunca? El nombre de su cabecilla es Aethelswith, pero aún no sabemos cuáles son sus intenciones. El rey ha ordenado al Duque Lucius de Caercolun que no le quite el ojo de encima. Pero no dejaremos que nuestro ejército se distraiga. Vamos a atacar al Rey Ælle tal y como teníamos previsto, aunque algunos de nuestros cobardes vasallos no se hayan personado. Bastardos desleales, ¡eso es lo que son! Caercolun no acudirá debido a las órdenes del rey, pero el duque de Cornualles no tiene excusa, ¡es sin duda el peor de todos ellos!"
A la mañana siguiente el ejército partió y a los días se enfrentó al enemigo sajón en lo que se llamaría la batalla de Meracred Creek, donde nuestros caballeros lucharon con gran gloria a las órdenes de Sir Amig, un viejo caballero conocido por su intransigente odio hacia el pueblo sajón. A pesar de las órdenes temerarias de Sir Amig, Sir Lady Freya y Sir Lady Astrid combatieron con bravura y se distinguieron durante toda la batalla, aunque Sir Lady Freya perdió a su escudero Gili en el fragor de la batalla y lo dio por muerto al finalizar la misma. Sir Baelor, por su parte, recibió numerosas contusiones del enemigo que le dejaron mal herido y sólo salvó la vida gracias a la proverbial ayuda de su valiente escudero y a la asistencia médica que recibió en el campamento.
La batalla terminó tras seis horas de intenso combate sin que hubiera un vencedor claro.
Semanas más tarde los caballeros se enteraron de que el rey Aethelswith había embarcado en Kent con buena parte de su ejército venido del continente y acompañado por numerosas mesnadas del rey Ælle. Desembarcaron cerca de Maldon y cometieron pillaje durante cierto tiempo. El Duque Lucius reunió a su ejército y se enfrentó a ellos al sur de Colchester. El enfrentamiento fue feroz, pero los sajones prevalecieron y el duque tuvo que retirarse a la seguridad de Colchester. Muchos britanos huyeron a través del bosque de Quinqueroi pero fueron perseguidos y esclavizados a centenares.
Entre la derrota britana en Caercolun y las tablas alcanzadas en Sussex, un ánimo sombrío se extendió en la Corte del rey Uther durante todo el invierno. El rey se mostró exasperado y mantuvo discretos encuentros con todos sus barones, lo que contribuyó a ensombrecer el ánimo de los mismos tras tales reuniones.
En la Corte de Salisbury el conde Roderick se mostró meditabundo y urgió a sus caballeros a que entrenasen sus habilidades marciales. "No son tiempos para componer versos", dijo.
A la mañana siguiente el ejército partió y a los días se enfrentó al enemigo sajón en lo que se llamaría la batalla de Meracred Creek, donde nuestros caballeros lucharon con gran gloria a las órdenes de Sir Amig, un viejo caballero conocido por su intransigente odio hacia el pueblo sajón. A pesar de las órdenes temerarias de Sir Amig, Sir Lady Freya y Sir Lady Astrid combatieron con bravura y se distinguieron durante toda la batalla, aunque Sir Lady Freya perdió a su escudero Gili en el fragor de la batalla y lo dio por muerto al finalizar la misma. Sir Baelor, por su parte, recibió numerosas contusiones del enemigo que le dejaron mal herido y sólo salvó la vida gracias a la proverbial ayuda de su valiente escudero y a la asistencia médica que recibió en el campamento.
La batalla terminó tras seis horas de intenso combate sin que hubiera un vencedor claro.
Semanas más tarde los caballeros se enteraron de que el rey Aethelswith había embarcado en Kent con buena parte de su ejército venido del continente y acompañado por numerosas mesnadas del rey Ælle. Desembarcaron cerca de Maldon y cometieron pillaje durante cierto tiempo. El Duque Lucius reunió a su ejército y se enfrentó a ellos al sur de Colchester. El enfrentamiento fue feroz, pero los sajones prevalecieron y el duque tuvo que retirarse a la seguridad de Colchester. Muchos britanos huyeron a través del bosque de Quinqueroi pero fueron perseguidos y esclavizados a centenares.
Entre la derrota britana en Caercolun y las tablas alcanzadas en Sussex, un ánimo sombrío se extendió en la Corte del rey Uther durante todo el invierno. El rey se mostró exasperado y mantuvo discretos encuentros con todos sus barones, lo que contribuyó a ensombrecer el ánimo de los mismos tras tales reuniones.
En la Corte de Salisbury el conde Roderick se mostró meditabundo y urgió a sus caballeros a que entrenasen sus habilidades marciales. "No son tiempos para componer versos", dijo.
Nuestros caballeros pasaron el invierno tomando posesión de sus nuevos señoríos. Destacar que el señorío de Sir Lady Astrid recibió una incursión sajona a la que la dama juró responder nada más alcanzar la primavera del siguiente año. Sir Baelor y Sir Lady Freya juraron ayudar a Sir Lady Astrid en tal cometido con sus propias mesnadas, conscientes de que si tales ataques no recibían una justa respuesta, las incursiones se extenderían por el territorio.
Los Escuderos en el 485
Baelor (Edad 21)
Caballero Gaélico Pagano, Escudero, Gloria 245
TAM 15 DES 10 FUE 18 CON 13 ASP 11
Habilidades principales: Cazar 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 16, Valiente 16
Lilo (Edad 21)
Caballera Gaélica Pagana, Escudera, Gloria 274
TAM 12 DES 14 FUE 12 CON 13 ASP 16
Habilidades principales: Equitación 15, Lanzas 15
Rasgos y Pasiones famosas: Lujuriosa 16, Enérgica 16, Generosa 16, Honesta 16, Odio (sajones) 17
Arkoudan (Edad 21)
Caballero Gaélico Pagano, Escudero, Gloria 182
TAM 19 DES 12 FUE 11 CON 14 ASP 10
Habilidades principales: Cazar 15, Batalla 15, Equitación 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 16, Cruel 16, Valiente 19
Edar (Edad 21)
Caballero Gaélico Pagano, Escudero, Gloria 179
TAM 12 DES 10 FUE 16 CON 17 ASP 9
Habilidades principales: Cazar 15, Primeros auxilios 15, Batalla 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 16, Honesto 16, Valiente 19
Astrid (Edad 21)
Caballera Sajona Pagana, Escudera, Gloria 152
TAM 14 DES 10 FUE 15 CON 12 ASP 15
Habilidades principales: Percepción 15, Primeros auxilios 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Honesta 16, Valiente 19, Lealtad (Conde Roderick) 20, Odio (otros sajones) 16
Freya (Edad 21)
Caballera Sajona Pagana, Escudera, Gloria 224
TAM 14 DES 10 FUE 15 CON 12 ASP 15
Habilidades principales: Nadar 18, Percepción 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Honesta 16, Valiente 16, Lealtad (Conde Roderick) 19
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