De cómo se nombran tres nuevos caballeros, de cómo se libró la batalla de Lindsey y de cómo el Duque Gorlois ofendió gravemente al Rey Uther, traicionando las leyes de la Hospitalidad.
"Los escuderos Thalassa, Heine y Malric son nombrados caballeros por el Conde Roderick. El Rey Uther vence al ejército de Octa y Eosa en la gran batalla de Lindsey. Los caballeros de Salisbury capturan al Rey Octa. El Rey Uther desea a Ygraine, esposa del Duque Gorlois, e impide su vuelta a casa. Los caballeros de Salisbury descubren al Duque y su esposa tratando de escapar pero eludiendo un enfrentamiento permiten que huyan. El Rey Uther clama venganza contra Gorlois."
- Flavio Lucio Dextro, cronista
- Flavio Lucio Dextro, cronista
Este año, antes de acudir al llamamiento del Rey Uther, los caballeros de Salisbury fueron convocados a la corte de Sarum por el Conde Roderick. Ahí acudieron todos los caballeros del Conde más tres escuderos que se habían ganado sus espuelas justo antes de la que se esperaba batalla definitiva contra el ejército sajón del norte.
Heine, heredero del señorío de Berwick St. James, era un escudero pagano adinerado y de pocas palabras, conocido por su valentía y carácter enérgico. De personalidad reservada y algo tímida, en la corte corrían rumores acerca de su proverbial voz, capaz de entonar baladas de forma magistral las pocas veces que se decidía a hacerlo.
Muy distinto era Malric. Este escudero pagano de recursos humildes despertaba muchos suspiros entre las damas de la corte debido a su gran atractivo y blanca sonrisa. Heredero del señorío de Estapleford, era famoso por su lujuria, honestidad y valentía. Había recibido entrenamiento no sólo en el arte de la lucha, sino también en habilidades más refinadas propias de la corte. Portaba siempre consigo un laúd que utilizaba en cuanto tenía ocasión.
Thalassa era un escudero que decía descender de linaje romano. Sabía leer y escribir latín y poseía una pequeña fortuna en viejas monedas romanas. Era heredero de Shrewton y conocido por su incombustible energía y valentía en el combate. Aunque proclamaba ser un pagano convencido, los que lo conocían sabían muy bien que no era precisamente un hombre devoto.
Durante el banquete que se celebró la noche tras el nombramiento de los nuevos caballeros, el ahora Sir Malric animó la velada con su oda a "La Ramona Pechugona". Sir Baelor, por su parte, escuchó lo siguiente en una conversación entre unas damas referente a Ygraine, la esposa del Duque Gorlois.
"- Bueno, ya lo digo yo, ¿quién se cree que es esa duquesa? He escuchado que sólo es una campesina de la que Gorlois se encaprichó por su belleza. Es mera fachada.
Al día siguiente, el Conde Roderick y todas sus mesnadas partieron hacia la gran batalla contra los sajones. El Rey Octa, hijo de Hengest, había devastado Malahaut, y obligado a los reyes del norte a esconderse en sus castilos. Uther convocó a sus barones y condes, y junto con el Duque de Gorlois de Cornualles y el Duque Ulfius de Silchester, cabalgó al frente de su ejército para encontrarse con los sajones. Sir Elad, el mariscal de Salisbury, comentaba que el primo del Rey Octa, Eosa el Gigante, era tan grande que ningún caballo podía con su peso.
"Esos condenados reyes sajones Octa y Eosa, aún están dando guerra. Han devastado Malahaut y saqueado la región. ¡Pero Uther no se esconderá en su castillo, como hacen esos reyes norteños!" - Sir Elad, mariscal de Salisbury.
El ejército de Uther, con más de 2.000 caballeros y 5.000 infantes, se encontró con el ejército sajón en las afueras de Lindsey. El rey había convocado a todos sus vasallos, y era un proverbial espectáculo contemplar cómo ondeaban al viento los pendones del Pendragón antes de la batalla. En el último momento, una tribu de germanos bajo el liderazgo de su caudillo, Eomund, se había unido al Rey Octa. Juntos, los sajones habían reunido más de 10.000 guerreros. La noche antes de la batalla, Merlín se presentó ante los jefes sajones y les asustó con predicciones de muerte y derrota.
A la mañana siguiente, comenzó la batalla. Sir Amig lideraba una Lanza de diez caballeros entre los que se encontraban Sir Lady Freya, Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Lady Lilo, Sir Heine y Sir Malric. El Conde Roderick y sus vasallos estaban en el centro del ejército, junto al Rey Uther, y enfrentados al Rey Octa. Gorlois defendería el flanco izquierdo contra Eosa el Gigante y Ulfius el derecho contra Edmund y sus germanos.
"¿Algún consejillo antes de la carnice..., esto... batalla?" - Sir Malric, el intrépido.
Los ejércitos se encontraron, las lanzas volaron en pedazos y los guerreros de uno y otro bando cayeron heridos de muerte. La batalla se prolongó durante horas y grandes hechos de armas se realizaron en ambos bandos. Sir Amig lideraba a sus hombres de uno a otro lado de la batalla. Cuando ya habían pasado más de seis horas de combate, un gran alborozo llenó las filas de los britones, puesto que el Duque Gorlois había capturado a Eosa el Gigante, y todo el flanco izquierdo sajón se derrumbaba y huía.
Sir Amig ordenó seguir presionando y pronto el centro del ejército sajón comenzó a colapsarse. ¡Victoria para el Rey Uther! Entre las nieblas de la batalla, Sir Amig y los caballeros de Salisbury divisaron un estandarte con un lobo con las fauces ensangrentadas: el estandarte de batalla del Rey Octa. Junto a él, el mismísimo rey sajón se erguía, protegido por su guardia personal de heortgeneat a caballo. Sir Amig no se lo pensó e, inspirado por su odio a los sajones, cargó contra el rey. Los caballeros de su Lanza, incluyendo a Sir Lady Freya, Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Lady Lilo, Sir Heine y Sir Malric cargaron tras él.
"¡Muerte al sajoooooón!" - Sir Amig, el entrañable.
Sir Amig y el Rey Octa lucharon uno contra el otro. Era maravilla verlos luchar, puesto que ambos eran grandes guerreros muy igualados. El hacha cubierta de runas del sajón se entrechocaba incesantemente con la espada del viejo caballero. Los caballeros de la Lanza de Sir Amig se enfrentaron a los heorthgeneat de la escolta del rey. Nuestros caballeros seguirán trabados en combate contra los escoltas, cuando Sir Malric acabó con su enemigo y corrió al encuentro del rey sajón, que empezaba a retirarse tras derribar a Sir Amig con un golpe bien colocado en la cabeza del anciano caballero.
"¡Sir Malric, matad al rej sajón y ésta noche seré vuestra!" - Sir Lady Lilo, dando la motivación adecuada.
El bravo Sir Malric, aunque evitó la huída del rey, recibió de éste un contundente golpe que le derribó del caballo, dejándolo inconsciente. Sir Lady Freya y Sir Baelor, que finalmente vencieron a sus rivales, se enfrentaron al rey, y de un potente golpe Sir Baelor lo derribó del caballo: ¡los caballeros de Salisbury habían logrado acabar con el comandante enemigo!
El último resto del ejército sajón se retiraba y los britanos comenzaron a perseguirle. Nuestros caballeros renunciaron a la persecución y se hicieron cargo de los inconscientes Sir Amig, Sir Malric y Sir Lady Lilo, la cual había sido derribada por uno de los escoltas del rey y tenía la armadura totalmente cubierta por su propia sangre tras horas de lucha.
Todos los soldados y caballeros britanos recibieron su parte del botín, suficiente para mantenerles como caballeros ricos durante muchos años. Aunque muchos buenos hombres estaban muertos o severamente heridos, ésta había sido una gran victoria. Los reyes Octa y Eosa habían sido capturados y su ejército masacrado.
En Lindsey tuvo lugar una gran fiesta a la que asistieron nuestros caballeros incluyendo a Sir Malric, que, aunque aún convaleciente, se recuperaba rápidamente de sus heridas y no quiso perderse el banquete. Se dispusieron mesas por todo el castillo, incluso en el patio de la fortaleza, y corrió libremente la comida y la cerveza. Nuestros caballeros compartieron el salón con el Rey Uther y otros grandes señores, como recompensa por haber ayudado a capturar a Octa.
Allí coincidieron con Sir Thalassa, que había destacado en la batalla protegiendo al Conde Roderick y por ello también había sido invitado al banquete de los señores. También entablaron relaciones con otros caballeros, destacando entre ellos Sir Cador, caballero mantenido y guardaespaldas personal del Duque Gorlois, que quiso conocer personalmente a los caballeros que habían capturado al Rey Octa.
Nuestros caballeros de Salisbury recibieron ricos presentes del rey, incluyendo un hermoso caballo de batalla blanco cada uno. En un momento del banquete, un grupo de mujeres nobles entró en el gran salón del Duque de Lindsey, posicionándose en el lateral de la enorme sala de modo que todo el mundo pudiera verlas. Cuando una mujer de rasgos angelicales avanzó varios pasos para cantar un poema glosando la valentía de los caballeros, el resto de las damas empezó a bailar de forma insinuante haciéndole coro. La dama que cantaba no era otra que Ygrane, la esposa del Duque Gorlois y la mujer más hermosa de Britania. Sir Baelor, Sir Heine y Sir Thalassa se sintieron hechizados por la belleza de la dama, mientras que Sir Malric se vio presa de la lujuria y desde entonces la deseó para sí. No fue el único, puesto que el Rey Uther no dejó de observar a la Duquesa Ygraine de forma obsesiva, siguiéndola con la mirada cuando ésta se retiró agasajada por los aplausos y vítores de la multitud. Tal hecho no pasó desapercibido a Gorlois, que miraba ceñudo a Uther.
"¡¡¡¡¿¿¿¿¿Aspecto 32????!!!!" - Juanjo, jugador de Sir Malric, dando su opinión de la belleza de Ygraine.
Al día siguiente, Sir Elad informó a los caballeros que podían elegir entre dos opciones. La primera era acompañar a la comitiva del Rey Uther con el Conde Roderick en su visita a Malahaut. La segunda, acompañar al Príncipe Madoc en una incursión contra las tierras del mermado ejército sajón, permitiéndoles conservar la mitad del botín que obtuvieran. Vapuleados como estaban, nuestros caballeros optaron por no emprender más combate hasta que se recuperaran, así que decidieron acompañar al rey a Malahaut.
Allí, Uther se reunió en la ciudad de Eburacum de forma amistosa con Heraut de Aprés, Rey de Malahaut y apodado el Rey Centurión. Éste le esperaba con su ejército desplegado ordenadamente a las afueras de la ciudad y el Rey Uther fue invitado a su interior con la condición de que su ejército no saquease o dañase de ninguna forma las tierras y propiedades de los amigos de Malahaut.
Un par de días más tarde ambos reyes, acompañados por una formidable escolta de la que formaron parte nuestros caballeros, viajaron hasta Catterick, una ciudad fortificada en la frontera norte de Malahaut. Allí, a lo largo de una semana, los reyes cazaron mientras esperaban la visita de los reyes britanos de más allá del Muro de Adriano. Uno de los días nuestros caballeros pudieron organizar su propia cacería, la cual lideró Sir Baelor, el más ducho de los caballeros de Salisbudy en asuntos de caza. Sin embargo, fue Sir Lady Astrid la que se cobró un hermoso ejemplar de venado.
Finalmente acudieron con Uther el Rey de Rheged, el Rey de Garloth y el Duque de Cambenet, éste último en representación de su señor el Rey Uriens. Sin embargo, el Rey Lot de Lothian, el más poderoso de los reyes de Escocia, no quiso reunirse con Uther. Éste mostró Excálibur a los grandes señores, que quedaron muy impresionados.
El tiempo pasó y el Rey Uther continuó su viaje por las tierras de Logres. Poco a poco fue liberando a los grandes señores para que regresaran a sus tierras a pasar el invierno, pero por alguna razón se negaba a liberar al Duque Gorlois y su esposa. Sir Malric, asombrado por la rapidez con que sanaban sus heridas investigó el asunto. Una conversación con Sir Cador desveló que la propia Ygraine había preparado las cataplasmas y ungüentos utilizados para sanar las heridas de los señores y de los caballeros heridos que habían ayudado a capturar al Rey Octa. Sir Lady Freya, por su parte, escuchó la siguiente conversación entre unas sirvientas:
Heine, heredero del señorío de Berwick St. James, era un escudero pagano adinerado y de pocas palabras, conocido por su valentía y carácter enérgico. De personalidad reservada y algo tímida, en la corte corrían rumores acerca de su proverbial voz, capaz de entonar baladas de forma magistral las pocas veces que se decidía a hacerlo.
Muy distinto era Malric. Este escudero pagano de recursos humildes despertaba muchos suspiros entre las damas de la corte debido a su gran atractivo y blanca sonrisa. Heredero del señorío de Estapleford, era famoso por su lujuria, honestidad y valentía. Había recibido entrenamiento no sólo en el arte de la lucha, sino también en habilidades más refinadas propias de la corte. Portaba siempre consigo un laúd que utilizaba en cuanto tenía ocasión.
Thalassa era un escudero que decía descender de linaje romano. Sabía leer y escribir latín y poseía una pequeña fortuna en viejas monedas romanas. Era heredero de Shrewton y conocido por su incombustible energía y valentía en el combate. Aunque proclamaba ser un pagano convencido, los que lo conocían sabían muy bien que no era precisamente un hombre devoto.
Durante el banquete que se celebró la noche tras el nombramiento de los nuevos caballeros, el ahora Sir Malric animó la velada con su oda a "La Ramona Pechugona". Sir Baelor, por su parte, escuchó lo siguiente en una conversación entre unas damas referente a Ygraine, la esposa del Duque Gorlois.
"- Bueno, ya lo digo yo, ¿quién se cree que es esa duquesa? He escuchado que sólo es una campesina de la que Gorlois se encaprichó por su belleza. Es mera fachada.
- Eso no es cierto. Tiene sangre noble hace treinta generaciones. Su madre es la Reina de la Tierra Bajo las Olas. Por eso es tan hermosa.
- ¿Y has intentado acercarte a ella? ¡Su chambelán me largó como si fuera un goblin o algo parecido! ¡Menuda presunción! Yo también tengo sangre noble de hace varias generaciones.
- ¿No creéis que hay asuntos más importantes que los cotilleos sobre esa arpía? ¡El ejército sajón, el conducido por gigantes, está cada vez más cerca! El rey está tan preocupado que ha reunido a todo su ejército.
- ¿No creéis que hay asuntos más importantes que los cotilleos sobre esa arpía? ¡El ejército sajón, el conducido por gigantes, está cada vez más cerca! El rey está tan preocupado que ha reunido a todo su ejército.
- Pero no para protegernos querida. Van a ir a combatir contra los Sajones y a terminar con esto de una vez por todas. ¿O es que sólo te enteras de lo que hablamos entre nosotras?
- Claro que no. ¿Pero no creéis que es demasiado peligroso? ¿Y qué pasará si pierden? Ya hemos perdido muchas batallas antes, ya lo sabéis. Perder, ganar, perder, ganar... mueren un montón de hombres pero la guerra nunca termina. ¿Cómo es eso posible?
- Escuchad corazones, estoy convencida de que ésta será la última batalla. Acudirán todos los duques. El siguiente año por estas fechas, o estaremos en paz, o seremos esclavas de los sajones. Haríais mejor en ir a misa a rezar por nuestros soldados en vez de estar aquí cotilleando sobre la duquesa. Por cierto, ¿habéis visto el precioso dobladillo de esta sobrevesta blanca?"
Al día siguiente, el Conde Roderick y todas sus mesnadas partieron hacia la gran batalla contra los sajones. El Rey Octa, hijo de Hengest, había devastado Malahaut, y obligado a los reyes del norte a esconderse en sus castilos. Uther convocó a sus barones y condes, y junto con el Duque de Gorlois de Cornualles y el Duque Ulfius de Silchester, cabalgó al frente de su ejército para encontrarse con los sajones. Sir Elad, el mariscal de Salisbury, comentaba que el primo del Rey Octa, Eosa el Gigante, era tan grande que ningún caballo podía con su peso.
"Esos condenados reyes sajones Octa y Eosa, aún están dando guerra. Han devastado Malahaut y saqueado la región. ¡Pero Uther no se esconderá en su castillo, como hacen esos reyes norteños!" - Sir Elad, mariscal de Salisbury.
El ejército de Uther, con más de 2.000 caballeros y 5.000 infantes, se encontró con el ejército sajón en las afueras de Lindsey. El rey había convocado a todos sus vasallos, y era un proverbial espectáculo contemplar cómo ondeaban al viento los pendones del Pendragón antes de la batalla. En el último momento, una tribu de germanos bajo el liderazgo de su caudillo, Eomund, se había unido al Rey Octa. Juntos, los sajones habían reunido más de 10.000 guerreros. La noche antes de la batalla, Merlín se presentó ante los jefes sajones y les asustó con predicciones de muerte y derrota.
A la mañana siguiente, comenzó la batalla. Sir Amig lideraba una Lanza de diez caballeros entre los que se encontraban Sir Lady Freya, Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Lady Lilo, Sir Heine y Sir Malric. El Conde Roderick y sus vasallos estaban en el centro del ejército, junto al Rey Uther, y enfrentados al Rey Octa. Gorlois defendería el flanco izquierdo contra Eosa el Gigante y Ulfius el derecho contra Edmund y sus germanos.
"¿Algún consejillo antes de la carnice..., esto... batalla?" - Sir Malric, el intrépido.
Los ejércitos se encontraron, las lanzas volaron en pedazos y los guerreros de uno y otro bando cayeron heridos de muerte. La batalla se prolongó durante horas y grandes hechos de armas se realizaron en ambos bandos. Sir Amig lideraba a sus hombres de uno a otro lado de la batalla. Cuando ya habían pasado más de seis horas de combate, un gran alborozo llenó las filas de los britones, puesto que el Duque Gorlois había capturado a Eosa el Gigante, y todo el flanco izquierdo sajón se derrumbaba y huía.
Sir Amig ordenó seguir presionando y pronto el centro del ejército sajón comenzó a colapsarse. ¡Victoria para el Rey Uther! Entre las nieblas de la batalla, Sir Amig y los caballeros de Salisbury divisaron un estandarte con un lobo con las fauces ensangrentadas: el estandarte de batalla del Rey Octa. Junto a él, el mismísimo rey sajón se erguía, protegido por su guardia personal de heortgeneat a caballo. Sir Amig no se lo pensó e, inspirado por su odio a los sajones, cargó contra el rey. Los caballeros de su Lanza, incluyendo a Sir Lady Freya, Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Lady Lilo, Sir Heine y Sir Malric cargaron tras él.
"¡Muerte al sajoooooón!" - Sir Amig, el entrañable.
Sir Amig y el Rey Octa lucharon uno contra el otro. Era maravilla verlos luchar, puesto que ambos eran grandes guerreros muy igualados. El hacha cubierta de runas del sajón se entrechocaba incesantemente con la espada del viejo caballero. Los caballeros de la Lanza de Sir Amig se enfrentaron a los heorthgeneat de la escolta del rey. Nuestros caballeros seguirán trabados en combate contra los escoltas, cuando Sir Malric acabó con su enemigo y corrió al encuentro del rey sajón, que empezaba a retirarse tras derribar a Sir Amig con un golpe bien colocado en la cabeza del anciano caballero.
"¡Sir Malric, matad al rej sajón y ésta noche seré vuestra!" - Sir Lady Lilo, dando la motivación adecuada.
El bravo Sir Malric, aunque evitó la huída del rey, recibió de éste un contundente golpe que le derribó del caballo, dejándolo inconsciente. Sir Lady Freya y Sir Baelor, que finalmente vencieron a sus rivales, se enfrentaron al rey, y de un potente golpe Sir Baelor lo derribó del caballo: ¡los caballeros de Salisbury habían logrado acabar con el comandante enemigo!
El último resto del ejército sajón se retiraba y los britanos comenzaron a perseguirle. Nuestros caballeros renunciaron a la persecución y se hicieron cargo de los inconscientes Sir Amig, Sir Malric y Sir Lady Lilo, la cual había sido derribada por uno de los escoltas del rey y tenía la armadura totalmente cubierta por su propia sangre tras horas de lucha.
Todos los soldados y caballeros britanos recibieron su parte del botín, suficiente para mantenerles como caballeros ricos durante muchos años. Aunque muchos buenos hombres estaban muertos o severamente heridos, ésta había sido una gran victoria. Los reyes Octa y Eosa habían sido capturados y su ejército masacrado.

Allí coincidieron con Sir Thalassa, que había destacado en la batalla protegiendo al Conde Roderick y por ello también había sido invitado al banquete de los señores. También entablaron relaciones con otros caballeros, destacando entre ellos Sir Cador, caballero mantenido y guardaespaldas personal del Duque Gorlois, que quiso conocer personalmente a los caballeros que habían capturado al Rey Octa.
Nuestros caballeros de Salisbury recibieron ricos presentes del rey, incluyendo un hermoso caballo de batalla blanco cada uno. En un momento del banquete, un grupo de mujeres nobles entró en el gran salón del Duque de Lindsey, posicionándose en el lateral de la enorme sala de modo que todo el mundo pudiera verlas. Cuando una mujer de rasgos angelicales avanzó varios pasos para cantar un poema glosando la valentía de los caballeros, el resto de las damas empezó a bailar de forma insinuante haciéndole coro. La dama que cantaba no era otra que Ygrane, la esposa del Duque Gorlois y la mujer más hermosa de Britania. Sir Baelor, Sir Heine y Sir Thalassa se sintieron hechizados por la belleza de la dama, mientras que Sir Malric se vio presa de la lujuria y desde entonces la deseó para sí. No fue el único, puesto que el Rey Uther no dejó de observar a la Duquesa Ygraine de forma obsesiva, siguiéndola con la mirada cuando ésta se retiró agasajada por los aplausos y vítores de la multitud. Tal hecho no pasó desapercibido a Gorlois, que miraba ceñudo a Uther.
"¡¡¡¡¿¿¿¿¿Aspecto 32????!!!!" - Juanjo, jugador de Sir Malric, dando su opinión de la belleza de Ygraine.
Al día siguiente, Sir Elad informó a los caballeros que podían elegir entre dos opciones. La primera era acompañar a la comitiva del Rey Uther con el Conde Roderick en su visita a Malahaut. La segunda, acompañar al Príncipe Madoc en una incursión contra las tierras del mermado ejército sajón, permitiéndoles conservar la mitad del botín que obtuvieran. Vapuleados como estaban, nuestros caballeros optaron por no emprender más combate hasta que se recuperaran, así que decidieron acompañar al rey a Malahaut.
Allí, Uther se reunió en la ciudad de Eburacum de forma amistosa con Heraut de Aprés, Rey de Malahaut y apodado el Rey Centurión. Éste le esperaba con su ejército desplegado ordenadamente a las afueras de la ciudad y el Rey Uther fue invitado a su interior con la condición de que su ejército no saquease o dañase de ninguna forma las tierras y propiedades de los amigos de Malahaut.
Un par de días más tarde ambos reyes, acompañados por una formidable escolta de la que formaron parte nuestros caballeros, viajaron hasta Catterick, una ciudad fortificada en la frontera norte de Malahaut. Allí, a lo largo de una semana, los reyes cazaron mientras esperaban la visita de los reyes britanos de más allá del Muro de Adriano. Uno de los días nuestros caballeros pudieron organizar su propia cacería, la cual lideró Sir Baelor, el más ducho de los caballeros de Salisbudy en asuntos de caza. Sin embargo, fue Sir Lady Astrid la que se cobró un hermoso ejemplar de venado.
Finalmente acudieron con Uther el Rey de Rheged, el Rey de Garloth y el Duque de Cambenet, éste último en representación de su señor el Rey Uriens. Sin embargo, el Rey Lot de Lothian, el más poderoso de los reyes de Escocia, no quiso reunirse con Uther. Éste mostró Excálibur a los grandes señores, que quedaron muy impresionados.
El tiempo pasó y el Rey Uther continuó su viaje por las tierras de Logres. Poco a poco fue liberando a los grandes señores para que regresaran a sus tierras a pasar el invierno, pero por alguna razón se negaba a liberar al Duque Gorlois y su esposa. Sir Malric, asombrado por la rapidez con que sanaban sus heridas investigó el asunto. Una conversación con Sir Cador desveló que la propia Ygraine había preparado las cataplasmas y ungüentos utilizados para sanar las heridas de los señores y de los caballeros heridos que habían ayudado a capturar al Rey Octa. Sir Lady Freya, por su parte, escuchó la siguiente conversación entre unas sirvientas:
"- El rey mantiene al Duque Gorlois aquí, y el duque está claramente descontento con esta situación.
- Bueno,
¿y porqué no iba a mantenerlo aquí? Gorlois acaba de empezar a demostrar que es
un leal y buen vasallo. El Rey Uther es sabio manteniéndolo cerca de él.
- Lo que
tú digas, pero apostaría a que lo hace por la duquesa. ¿Has visto como esa
mujer hace perder la cabeza a los hombres de la corte?
- Es
peligroso hablar de estas cosas. ¡Contened vuestra lengua!
-
Escuchad, corazones, el rey es el rey y sigue sus propias normas. Él mira a
todas las mujeres de la corte y no podéis adivinar qué es lo que realmente
piensa de cada una.
- Sí,
bueno, pero no me preguntéis qué vi en el cenador de la duquesa. Porque nunca os lo diré.”
El Rey y sus compañeros llegaron por fin a Londres, donde Uther celebró la corte de invierno en la Torre Blanca. Sir Malric, con la excusa de agradecer a la Duquesa Ygraine las medicinas recibidas pero deseoso en el fondo de estar en su compañía, concertó una audiencia privada con la ayuda de Sir Heine, que sobornó generosamente al chambelán de Cornualles. Así, ambos caballeros fueron recibidos en los aposentos de la duquesa y presentaron sus agradecimientos a Ygraine, prometiéndole que siempre estarían a su servicio. Ygraine conversó educadamente con los caballeros, les dijo que no olvidaría sus palabras y les permitió que le besaran la mano en un gesto de despedida.
Durante la celebración de Navidad se intercambiaron los acostumbrados regalos y los caballeros entregaron a Uther el hacha con runas del Rey Octa, que habían recogido del campo de batalla. Uther quedó muy complacido y comentó que era justo y adecuado que la tuviera él, puesto que el Rey Octa había jurado que quería adueñarse de Excálibur.
"Un excelente regalo, sí... mucho mejor que la cabeza de un oso o de un lobo, si se me pregunta..." - El Conde Roderick, envidioso.
Casi al final del banquete, Sir Elad informó a los caballeros que el Rey Uther había dispensado al Conde Roderick de sus servicios y que podían volver a Salisbury en dos días a terminar de pasar el invierno.
Así, nuestros caballeros aprovecharon el último día en Londres para conocer la ciudad, visita que les resultó en general desagradable debido a la cantidad de suciedad y gente que había en sus calles. Sir Thalassa y Sir Baelor visitaron la Catedral de San Pablo y la piedra y el yunque que reposaban en la plaza de la Catedral, gozando de un inusual momento de tranquilidad en el bullicio de la ciudad. Sir Heine y Sir Malric visitaron a algunas mujeres de compañía para desfogar el ardor que les había causado la audiencia con Ygraine. Sir Lady Freya y Sir Lady Astrid, por su parte, visitaron el gran mercado de Londres, donde compraron lujosos tejidos importados para confeccionarse en el futuro vestimentas adecuadas para la corte.
Por la noche, mientras volvían juntos a la Torre Blanca, los caballeros de Salisbury oyeron el ruido que hacía la reja de una de las poternas de los muros de la ciudad al abrirse. Ya que las puertas de Londres se atrancan de noche, sólo podían tratarse de traidores o conspiradores. Nuestros caballeros se acercaron a investigar y vieron a dos mujeres y un hombre a caballo escoltados por seis caballeros fuertemente armados que no portaban blasones en los escudos. Cuando pidieron a los hombres que se identificaran, su sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba del Duque Gorlois y la Duquesa Ygraine, que se marchaban sin el permiso del Rey: un acto que iba en contra de las leyes de la Hospitalidad y que además constituía alta traición.
"Continuad con vuestros asuntos, no me gustaría cruzar mi acero con el vuestro, pero juro que lo haré si es necesario." - Sir Cador, las cosas claras y el chocolate espeso.
Hubo unos momentos de duda donde nuestros caballeros, que no portaban escudos ni armadura, no se decidieron a detener a la comitiva. Cuando los tres jinetes atravesaron la poterna Sir Lady Astrid mandó a su escudero a que fuera a dar la alarma a la Torre Blanca, pero Sir Malric, movido por la pasión que sentía por Ygraine, le impidió el paso. Finalmente Sir Cador y los otros caballeros de Cornualles huyeron en la noche para reunirse con su señor. En una investigación posterior Sir Thalassa descubrió que los guardias que debían custodiar la poterna estaban profundamente dormidos y que la reja parecía haberse alzado sola.
"Esto sólo puede ser cosa de brujería, seguro que la jinete desconocida era una de las Damas del Lago." - Sir Lady Freya, dándosela de entendida en asuntos mágicos.
Nuestros caballeros regresaron a la Torre Blanca, donde finalmente se dio la voz de alarma y se organizaron infructuosas partidas para localizar al Duque y su séquito, cuyo rastro desapareció por una repentina nevada.
Cuando el Rey Uther fue informado de estos acontecimientos montó en cólera. Durante muchos días nadie se atrevió a acercarse al rey salvo Sir Brastias y el Duque Ulfius. El rey no iba a perdonar esta traición y estaba decidido a iniciar la guerra contra el Duque Gorlois.
Los Caballeros en el 490
Sir Heine (Edad 21)
Sir Lady Astrid (Edad 26)
Sir Lady Lilo (Edad 25) FALTA SUBIR EXPERIENCIA
Sir Baelor (Edad 26)
Caballero Celta Pagano, Caballero Abanderado, Gloria 3.326
TAM 15 DES 10 FUE 18 CON 13 ASP 11
Habilidades principales: Administración 16, Cazar 15, Batalla 16, Equitación 15, Espada 19, Lanzas 15
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 17, Valiente 16, Honor 16, Lealtad (Escudos de Sarum) 18
Posesiones:
- 7 señoríos en Salisbury
- Winterbourne Stoke
- Market Lavington (cedido a Sir Alastor)
- Marston (cedido a Sir George)
- Bodenham (cedido)
- Coombe Bisset (cedido)
- Over Wallop (cedido)
- Chitterne (cedido)
- 6 Caballeros Vasallos (Sir Alastor, Sir George y 4 más)
- Tesoro: 22 £
Sir Heine (Edad 21)
Caballero Celta Pagano, Caballero Vasallo, Gloria 1.132
TAM 13 DES 10 FUE 14 CON 18 ASP 10
Habilidades principales: Equitación 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Enérgico 16, Valiente 16
Posesiones:
- 1 señoríos en Salisbury
- Berwick St. James
Sir Lady Astrid (Edad 26)
Caballera Sajona Pagana, Caballera Abanderada, Gloria 3.885
TAM 14 DES 11 FUE 15 CON 13 ASP 15
Habilidades principales: Percepción 16, Primeros auxilios 16, Encanto nórdico 15, Equitación 15, Espada 17
Rasgos y Pasiones famosas: Honesta 16, Valiente 20, Lealtad (Conde Roderick) 20, Lealtad (Escudos de Sarum) 17, Lealtad (vasallos) 16, Amor (Sir Leo) 16, Odio (otros sajones) 16
Posesiones:- 3 señoríos en Salisbury:
- Dinton, Monxton (donado a Sir Leo)
- Grately (donado a Sir Leo)]
- 1 Castillo
- Dinton - Zanja y terraplén con foso - VD 4
- 2 Caballeros Vasallos (Sir Leo y otro)
- Tesoro: 26 £ y 200 denarios
Sir Lady Freya (Edad 26)
Caballera Sajona Pagana, Caballera Vasalla, Gloria 3.956
TAM 14 DES 10 FUE 15 CON 13 ASP 15
Habilidades principales: Nadar 18, Percepción 15, Primeros auxilios 15, Equitación 15, Espada 20
Rasgos y Pasiones famosas: Honesta 16, Valiente 16, Lealtad (Conde Roderick) 19, Lealtad (Escudos de Sarum) 16, Odio (Sajones) 16
Posesiones:
- 1 señorío en Salisbury
- Newton
- 1 Castillo
- Newton - Zanja y terraplén con foso - VD 4
- Tesoro: 27 £ y 115 denarios
Sir Lady Lilo (Edad 25) FALTA SUBIR EXPERIENCIA
Caballera Sajona Pagana, Caballera Vasalla, Gloria 1.326
TAM 12 DES 14 FUE 12 CON 14 ASP 16
Habilidades principales: Cazar 15, Equitación 15, Espada 16, Lanzas 15
Rasgos y Pasiones famosas: Enérgica 16, Generosa 16, Honesta 16, Odio (Sajones) 17
Posesiones:
- 1 señorío en Salisbury
- Tisbury
Sir Malric (Edad 21)
Sir Thalassa (Edad 21)
Caballero Celta Pagano, Caballero Vasallo, Gloria 1.XXX
TAM 15 DES 8 FUE 12 CON 15 ASP 17
Habilidades principales: Equitación 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 16, Enérgico 16, Honesto 16, Valiente 16
Posesiones:
- 1 señorío en Salisbury
- Estapleford
Sir Thalassa (Edad 21)
Caballero Celta Pagano, Caballero Vasallo, Gloria 1.188
TAM 15 DES 10 FUE 15 CON 15 ASP 10
Habilidades principales: Batalla 15, Espada 15
Rasgos y Pasiones famosas: Mundano 16, Enérgico 16, Valiente 17
Posesiones:
- 1 señorío en Salisbury
- Shrewton
- Tesoro: 30 £
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