Dibujo

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"Una espada, una tierra, un Rey."

viernes, 12 de diciembre de 2014

Anno Domini 487

De cómo Merlin entregó al Rey Uther la espada Excálibur y cómo nuestros caballeros participaron en una exitosa incursión naval contra los sajones.

"Merlin entrega al Rey Uther la Espada de la Victoria, Excálibur
Uther la utiliza para ganarse la lealtad de un vasallo poco colaborador, 
el Duque Corneus de Lindsey." - Flavio Lucio Dextro, cronista

La corte del Rey Uther se trasladó este año a Sarum, la capital de Salisbury, lo que hizo de esa Navidad un periodo ajetreado en la corte del Conde Roderick, atestada por los más insignes vasallos del Rey Uther y sus respectivas comitivas.

Sir Lady Freya, que había dado a luz a un varón fruto de sus relación con Sir Madog, llegó a la corte algunos días antes de la celebración y escuchó lo siguiente de unos sirvientes:

"- ¡Odio cuando el rey viene aquí! Todo el mundo pierde su lugar habitual... Después de un largo día de trabajo apenas puedo recordar dónde se supone que debo dormir.
- Ni yo. Aunque estoy contento de que el rey y su ejército estén entre nosotros. ¡Nadie sabe cuál será el próximo movimiento de esos sajones! ¡Están por todas partes! Las tierras del este ya han sido devastadas.
- ¿Os habéis enterado? El pretor Syagrius visitó a los reyes de Malahaut y Cornualles pero regresó con las manos vacías. Le dijeron que había demasiados sajones e irlandeses en la isla como para dejar sus tierras desprotegidas.
- Oh, por cierto, ¿dónde está Merlin ahora?
- Como si alguien pudiera saber dónde anda..."

Sir Baelor aprovechó la ocasión para conocer a algunos de los más insignes invitados y compartió algunas palabras con el príncipe Madoc, que le dijo que el almirante Gwenwynwyn buscaba voluntarios para hacer incursiones a lo largo de la costa sajona con un simple objetivo: destruir tantos barcos como sea posible. Intentando ganarse el favor del príncipe Sir Baelor se comprometió a participar en dichas incursiones.

Durante la celebración el Conde repartió los tradicionales regalos navideños primero a sus sirvientes y luego a sus caballeros. Luego asignó regalos a sus caballeros mantenidos y por último a los miembros de su familia.

El Rey Uther hizo lo propio con sus caballeros, caballeros mantenidos y oficiales. A su hijo el príncipe Madoc le regaló una armadura normanda lujosamente ornamentada y una generosa concesión de señoríos en las tierras del río Támesis, así como la propiedad del Castillo de Windsor; unos regalos espléndidos, pero no inusuales entre la realeza.

Los vasallos del Rey Uther también dieron regalos al mismo, tal y como era costumbre. El Conde Roderick regaló al Rey una hermosa capa importada de Noruega y confeccionada con la piel de un oso blanco. Finalmente el príncipe Madoc hizo una señal y diez sirvientes se acercaron con diversos cofres que dispusieron en forma de semi-círculo ante el trono. A un gesto del príncipe abrieron los cofres simultáneamente mostrando el botín obtenido en la última campaña: monedas y lingotes de plata y de oro, copas y platos de metales nobles finamente labrados, joyas, gemas rojas y azuladas, rollos de repujada tela con hilos de oro y plata, finas sedas, terciopelo... Y entre los cofres el príncipe colocó a modo de alfombra el estandarte de batalla de un caudillo sajón vencido.

El Rey bajó del trono para admirar el botín y empezó a repartirlo entre sus vasallos, pareciendo conocer el regalo adecuado para cada uno de ellos: un adornado cáliz, una joya, un rollo de seda, un impresionante collar de oro macizo, un libro, etc... y por último repartió un puñado de monedas de plata entre los caballeros asistentes, incluyendo a nuestros caballeros de Salisbury.

En ese momento la clara voz del heraldo hizo el silencio entre los asistentes.

- ¡Se presenta el gran mago Merlin, Guardián de Britania!- Y dio paso al impaciente mago que se dirigió directo donde estaba el Rey.

- Bienvenido a mis salones, Merlin.- Dijo el Rey.- Siempre eres bien recibido en mi corte.

El mago dio las gracias al rey y pronunció en voz clara y audible por todos los asistentes.

- Oro, plata, lujosas telas de tierras distantes... todo esto son sin duda regalos dignos de un rey. Pero vos, Uther, merecéis mucho más, pues no hay rey más poderoso que vos, ni siquiera el emperador de Roma.

Uther sonrió, henchido de orgullo.

- Sin embargo, incluso vos carecéis de algo.

El Rey frunció el ceño y la corte empezó a murmurar.

- Un hombre de vuestra talla merece sólo lo mejor, y vos, que traeréis la paz a nuestra gran tierra, sin duda merece que se le faciliten todas los útiles para conseguir tal fin. Y por eso yo, vuestro humilde siervo, estoy complacido de ofreceros, con mis frágiles manos, ésto.

El mago sacó de entre sus ropajes una brillante espada cuya luz verdosa arrancó exclamaciones de la multitud.

- ¡Ésta es Excalibur, forjada cuando el mundo era joven y el pájaro, la bestia y la flor eran uno con el hombre!

Incluso el Rey pareció sorprendido y se levantó. Merlin asió la espada por la hoja con la tela de su túnica, como no osando tocar el arma, y acercó la empuñadura a Uther.

- Para el Alto Rey... ¡Excalibur, la Espada de la Victoria!

El Rey tomó la espada y tomo el mundo gritó y aplaudió. Uther parecía muy complacido.

- Ahora sin duda nadie podrá oponerse a mi.

- Todo lo que tenéis que hacer... es ser justo.- Le recordó el mago.

El Rey Uther alzó la espada y la contempló maravillado.

- Ahora estoy preparado para visitar a algunos de mis vasallos que se han mostrado poco colaboradores conmigo.- Este comentario provocó el carcajeo del Duque Ulfius, sentado en una mesa cercana.

Uther entonces nombró a los nobles que le acompañarían a visitar al Duque Lindsey, entre ellos el Conde de Salisbury. Luego dijo:

- Esto hay que celebrarlo. Montad las mesas y reservad el asiento de mi derecha a Merlin, cuya sabiduría y verdad iluminan nuestro reino.

- Gracias, majestad.- Dijo el mago.

Durante el festín Sir Lady Astrid se enteró que el recién llegado y victorioso rey sajón Aethelswith, se había proclamado Rey de los Sajones del Este, aunque nadie le daba mucha importancia a tal información. Así mismo en su mesa se comentó que el Rey y todos sus nobles estaban debatiendo la opción de invadir el reino de los Francos. De hecho ya se habían dado órdenes para que las naves se reunieran y también para que se reparase la envejecida flota que mandó construir Aurelio Ambrosio.

Ocho horas más tarde el Conde, "con el permiso de mi señor Merlin" llamó a los caballeros para que narrasen ante toda la corte la aventura que corrieron con Merlin para recuperar Excálibur. Sir Lady Freya narró la historia y todos los asistentes la escucharon con morbosa fascinación, despertando celos entre algunos caballeros y miradas arrebatadas de deseo hacia nuestros caballeros solteros por parte de algunos asistentes.

Cuando Sir Lady Freya terminó la historia el Rey se volvió hacia el Conde y dijo: "Conde Roderick. Prestad atención a estos hombres, pues con sus acciones han marcado ya el destino de Britania."

Al final de la velada el Conde Roderick -cosa inusual que no había hecho antes- permitió a nuestros caballeros que decidieran qué deseaban hacer: acompañar a la comitiva que iría con el Rey en su visita al Duque Lindsey o participar en las incursiones navales del almirante contra los sajones. Los caballeros discutieron entre ellos la opción a tomar y decidieron acompañar al príncipe Madoc en la incursión naval, fieles a la palabra que Sir Baelor había dado al príncipe.

Cuando la celebración al fin terminó, se informó a los caballeros de que los señores de Logres se reunirían en Sarum cuatro semanas después de Pentecostes. Todos los nobles debían asegurarse de lo siguiente: dejar sus señoríos lo más protegidos posible, haber cumplido sus obligaciones feudales, y de abastecer todos los castillos con suministros por si resultaran asediados durante el siguiente año.

A principios de primavera, mientras el resto de las mesnadas del Conde Roderick se preparaban para acudir con la embajada de Lindsey, nuestros caballeros se dirigieron a Hantonne, en la boca del Río Test. Allí apenas un centenar de hombres esperaban órdenes. El almirante Gwenwynwyn, hijo de Naf, examinaba de forma crítica a los caballeros que habían acudido, aunque sin emitir ningún comentario. El príncipe Madoc, hijo de Uther, estaba a su lado.

El príncipe se dirigió a la compañía explicando que la incursión que iban a realizar no era para invadir, ni para obtener botín, ni para obtener gloria y tampoco por amor al combate: era una incursión netamente militar, destinada a obtener una importante ventaja estratégica sobre los sajones. Buscarían la flota sajona a lo largo de la costa y, cuando la encontrasen, atracarían en la orilla y la quemarían. El trabajo de los caballeros consistiría en proteger a los marineros mientras éstos incendiaban los barcos enemigos. La flota recorrería la costa velozmente, con carga ligera y ayudada tanto por el impulso del viento como de los remos, manteniéndose agrupada para conservar su superioridad numérica.

En la primera batalla la flota desembarcó cerca de Pevensy. Sorprendieron completamente a los sajones, aprovecharon su ventaja numérica de 3 a 1 y destruyeron las naves del Rey Ælle (los Sajones del Sur).

Luego los caballeros desembarcaron en Dover y los marineros incendiaron los barcos de los Jutos.

Para la tercera batalla las naves subieron por el río Aguasnegras y desembarcaron en Maldon. Los pocos barcos sajones presentes fueron quemados con facilidad y la flota volvió a partir. Pero en el cruce entre el río Aguasnegras y el Colne se encontraron con la flota de los Sajones del Este. La batalla naval fue encarnizada, pero gracias a la pericia del almirante Gwenwynwyn los sajones fueron derrotados y huyeron con sus naves río Colne arriba. Los britanos se lanzaron en su persecución y los atacaron en un nuevo desembarco, quemando las naves que aún eran útiles.

Tras esto la flota descansó en Yarmouth. Una vez que recibieron refuerzos partieron a la zona norte de las tierras de Lindsey y libraron una última batalla naval. En ella Sir Arkoudan, castigado por las numerosas heridas recibidas en anteriores incursiones, cayó inconsciente y sólo salvó la vida gracias a su valiente escudero Oshito. No obstante la flota volvió a salir victoriosa gracias a las arriesgadas maniobras navales del almirante Gwenwynwyn.



Tras estos hechos volvieron a Sarum a recuperarse de las heridas y a terminar de pasar el año. Sir Lady Freya presentó ante el Conde su petición para casarse con Sir Madog y así legitimar a su hijo, pero el Conde, alegando motivos de seguridad y reacio a perder a uno de sus mejores caballeros mantenidos, se negó. Tampoco tuvo suerte Sir Baelor, que tras años de infructuosos cortejos a Lady Adwen, decidió obtener la mano de la misma a través de un matrimonio concertado por el Conde Roderick. Sin embargo el Conde tampoco accedió a su petición por el momento, pues estaba estudiando otros posibles matrimonios con la joven que le granjeasen una alianza política.

Más sensible se mostró, sin embargo, a la elocuente petición de Sir Lady Astrid. El Conde autorizó el matrimonio entre ella y Sir Leo, el cual, decían, se había enamorado locamente de la mujer caballero la noche en que Merlin entregó Excálibur al Rey Uther.

Y así terminó el año con una esplendorosa boda, a la que acudieron las personas más relevantes de la corte de Sarum.




Los Caballeros en el 487

Sir Baelor (Edad 23)
Caballero Gaélico Pagano, Caballero Vasallo, Gloria 1.781
TAM 15   DES 10   FUE 18   CON 13   ASP 11
Habilidades principales: Cazar 15, Espada 16, Lanzas 15
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 16, Valiente 16
Posesiones:
  • 1 señorío en Salisbury
    • Winterbourne Stoke

Sir Arkoudan (Edad 23)
Caballero Gaélico Pagano, Caballero Vasallo, Gloria 1.338
TAM 19   DES 12   FUE 12   CON 14   ASP 10
Habilidades principales: Cazar 15, Batalla 15, Equitación 15, Espada 16
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 16, Valiente 19
Posesiones:
  • 1 señorío en Salisbury
    • Cholderton

Sir Lady Astrid (Edad 23)
Caballera Sajona Pagana, Caballera Vasalla, Gloria 1.804
TAM 14   DES 10   FUE 15   CON 12   ASP 15
Habilidades principales: Percepción 16, Primeros auxilios 15, Espada 17
Rasgos y Pasiones famosas: Honesta 16, Valiente 16, Lealtad (Conde Roderick) 20, Odio (otros sajones) 16
Posesiones:
  • 1 señorío en Salisbury
    • Dinton

Sir Lady Freya (Edad 23)
Caballera Sajona Pagana, Caballera Vasalla, Gloria 1.972
TAM 14   DES 10   FUE 15   CON 12   ASP 15
Habilidades principales: Nadar 18, Percepción 15, Espada 17
Rasgos y Pasiones famosas: Honesta 16, Valiente 16, Lealtad (Conde Roderick) 19
Posesiones:
  • 1 señorío en Salisbury
    • Newton

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