Dibujo

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"Una espada, una tierra, un Rey."

viernes, 15 de abril de 2016

Anno Domini 502

De cómo se fraguó la alianza entre las tierras centrales de Logres.

El Consejo de Sarum rompe su alianza con Sussex y crea otra entre
Silchester, Salisbury, Marlborough, Dorset y Somerset.
Sir Lady Denali encuentra los campesinos desaparecidos de su señorío.
Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Obon, Sir Aedan y Sir Lady Denali
realizan una incursión de represalia a Kent con catástrofes resultados.
A su regreso a casa vencen al Caballero Griego.
- Flavio Lucio Dextro, cronista.

Aquel año, múltiples mensajeros llegaron a la corte de Sarum. Sir Alain de Carlion y Sir Lane, abanderado del Duque de Lindsey, venían en busca de mercenarios. El Rey Nanteleod había obtenido el vasallaje de Gloucester, Orofoise, Galvoie, Cheshire, Cameliard y Wuerensis. Por su parte el Duque de Lindsey había sometido a Bedegraine y Lambor. Ahora ambos señores compartían fronteras y, debido a las disputas fronterizas entre Cameliard por un lado y Bedegraine y Lambor por otro, la guerra entre el Rey Nanteleod y el Duque Corneus parecía inevitable. Ambos mensajeros contrataban mercenarios para dicha eventualidad.

También llegaron emisarios de los sajones. El emisario de los anglos, Ethelred, declaró con malos modos que su señor, el Rey Cwichelm era el bretwalda no sólo de los sajones, sino de toda Britania, y desafiaba a cualquiera a luchar contra él en el campo de batalla.

"No vendréis a nuestra casa a amenazarnos. En el campo de batalla nos veremos, no os quepa ninguna duda." - Sir Lady Denali, a punto de saltarse la sagrada Ley de la Hospitalidad.

El otro emisario era Celyn, Aetheling de Sussex. Informó al Consejo que el Rey Ælle de Sussex iba a aceptar el desafío de Cwichelm respaldado por Wessex y Essex y solicitaba el apoyo de sus aliados britanos.

Antes de que la corte decidiera a quién apoyar, si es que apoyaban a alguien, llegó Sir Uffo, hijo del Duque Ulfius. El Duque instaba al Consejo a que se mantuviera neutral en la guerras de este verano y a crear una alianza de defensa mutua entre Silchester, Salisbury, Marlborough, Dorset, Somerset e incluso Rydychan. Ante los bloques de poder que se estaban formando en la isla, argumentó Sir Uffo, las tierras de Logres debían permanecer unidas.

Las deliberaciones del Consejo duraron varios días. En ese tiempo, la escudera Eloísa escuchó la siguiente conversación entre unas sirvientas:

"- Como os lo cuento: los encontraron a todos muertos, como si los lobos los hubieran hecho trizas. ¡Sí! Con sangre por todas partes y los huesos al descubierto.
- ¡Ugh! ¿Qué es eso? ¿Una cena en Kent?
- No, los sajones que intentaron secuestrar a la reina. Mi primo estuvo allí. Me contó que cuando encontraron a la reina, ésta tenía las manos tapándose el rostro, desencajado por el horror. Y la pequeña Morgana estaba ahí, entre toda esa carnicería, tan tranquila... brrrr.
- Escuchad corazones, la 'pequeña' Morgana ya no es tan pequeña. ¿Y cómo le fue a la reina? ¿Se recuperó pronto?
- No. Eso es lo peor. Antes de marcharse al norte todas las noches la oí gritando en sueños.
- ¿Y su hija, Morgana?
- ¿Morgana? No sé qué tipo de educación le habrán dado en la abadía, pero la experiencia no afectó su descanso. Mientras estuvo aquí durmió a pierna suelta."

El Consejo deliberó largamente cómo proceder.

"Somos la gente más estúpida del mundo. Los sajones van a matarse unos a otros a sangre y fuego. ¿Y algún britano va a aprovecharse de eso? No, claro que no. Los bloques de poder britanos más importantes van a luchar entre sí. ¿Deberíamos aliarnos con alguno de ellos para inclinar la balanza? Quizá con uno de esos señores sajones, o Nanteleod o Ulfius. Ah, el bueno de Ulfius... Parece que es el único que se preocupa por una britania unida y además nunca nos ha amenazado." - Sir Amig, divagando en el Consejo.

Finalmente, el Consejo tomó varias decisiones: la primera enviar quince caballeros y veinticinco infantes al mando de Sir Bennem a la causa del Rey Nanteleod. Sir Bennem ya había combatido a su mando y le consideraba un valor en alza, así que aceptó la misión con entusiasmo.

La segunda fue rechazar cortésmente la petición de ayuda del Rey Ælle de Sussex. Celyn abandonó Sarum enfurecido recordando que el año pasado Sussex sí había ayudado a Salisbury cuando había necesitado ayuda y declarando rota la alianza que existía entre ambas regiones.

La tercera fue intentar crear un entramado de alianzas entre las tierras centrales de Logres, tal y como el Duque Ulfius había propuesto. Con ese fin el Consejo envió a Sir Lycus a Somerset, a Sir Edar y Sir Lady Lilo a Marlborough y a Sir Aedan y Sir Lady Denali a Dorset. Silchester, por su parte, visitaría el condado de Rydychan para granjearse la adhesión al pacto de los caballeros bandidos que gobernaban la zona.

Los emisarios de Salisbury supieron hacer ver a los distintos gobernantes el delicado equilibrio de fuerzas que existía en Britania y que la única manera de sobrevivir era permanecer unidos. Especialmente inspiradoras fueron las palabras de Sir Lady Denali en Dorset, que lograron convencer al reacio Pretor Jonathel de unirse a la coalición.

A la vuelta de su viaje, unas desagradables noticias esperaban a Sir Lady Denali. Al parecer todos los campesinos de Lake, el señorío de su marido, habían desaparecido sin dejar rastro. Sir Lady Denali partió con premura acompañada por Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Obon y Sir Aedan, que querían ayudar a la caballera a mantener el orden en sus tierras antes de viajar de nuevo al Bosque Salvaje.

Cuando llegaron a Lake, el marido de Sir Lady Denali informó a su esposa de la situación: mientras estaba de cacería todos los campesinos habían desaparecido inexplicablemente. Los caballeros investigaron la abandonada aldea y Sir Baelor encontró un rastro que indicaba que numerosas personas habían abandonado la villa para dirigirse a Wilsford, un señorío cercano. Siguiendo las huellas ahí se personaron y fueron recibidos por Sir Berard, un venerable caballero sin hijos que recibió cortésmente a los caballeros hasta que fue acusado por Sir Lady Denali de robarle sus campesinos, cosa que enfureció al anciano. Sir Lady Denali y Sir Berard intercambiaron rudas palabras y finalmente el viejo caballero retó a Sir Lady Denali a que las mantuviera en un duelo, cosa que la joven mujer aceptó.

Mientras ambos caballeros se preparaban, Sir Baelor y Sir Aedan recorrieron el señorío para ver si veían algo inusual. Sir Baelor observó que algunos de los campesinos que araban el campo portaban unas ronchas en su piel que también mostraban muchos de los animales del señorío. Además descubrió que el cementerio de Wilsford albergaba numerosos nichos de aspecto reciente. Sir Aedan tomó las ropas de su escudero y, haciéndose pasar por un cazador, se mezcló entre los aldeanos para ver si podía sacarles información.

"Soy un alegre cazador, jo jo jo." - Sir Aedan, de incógnito.

Aunque reacios a tratar con un desconocido, gracias a su conocimiento de la cultura popular Sir Aedan se ganó la confianza de uno de los aldeanos, que le confesó atemorizado que Sir Berard les había obligado a abandonar sus tierras para trabajar allí.

Mientras tanto, el duelo entre Sir Lady Denali y Sir Berard había empezado. Sir Lady Denali, una caballera joven y llena de energía, parecía ser capaz de doblegar al anciano, pero el viejo caballero demostró ser un rival correoso. El combate se prolongó durante varios minutos en los que Sir Berard iba conectando un golpe tras otro contra Sir Lady Denali. No era un rival fuerte, pero su experiencia en combate quedaba patente. A pesar de la resistencia de la caballera un último golpe bien colocado del viejo caballero derribó a Sir Lady Denali, dejándola a las puertas de la muerte.

Entonces llegaron Sir Baelor y Sir Aedan, que acusaron a Sir Berard de haber robado los campesinos del señorío de Lake ya que los suyos habían muerto por una enfermedad. El viejo caballero rechazó tales acusaciones argumentando que la única prueba que poseían era la palabra de un campesino y que ésta no tenía valor contra la de un caballero. Frente a la insistencia de los caballeros Sir Berard, envalentonado por su reciente victoria, exigió un juicio por combate para probar su inocencia a lo que Sir Lady Astrid, Campeona de Salisbury, aceptó encantada.

"Ahora verás abuelo..." - Sir Lady Astrid, apretando los dientes mirando a la moribunda Sir Lady Denali.

El combate resultó desigual. Sir Lady Astrid demostró que, a pesar de ser una caballera madura, aún era Campeona de Salisbury por una buena razón: pocos caballeros podían igualar su habilidad con la espada. Sir Berard intentó inspirarse en la lucha contra la caballera, pero los actos fraudulentos que había cometido parecían pesar en el corazón del viejo caballero y combatió con debilidad. Al segundo lance Sir Lady Astrid ensartó la clavícula de Sir Berard con un potente golpe. El viejo caballero estaba muerto antes de caer al suelo.

Sir Lady Denali salvó la vida gracias al vial curativo que le suministró Sir Aedan. Ésto y las atenciones que recibió hizo que recuperase la consciencia, aunque la tuvieron que transportar en camilla hasta Lake porque no podía montar por sí misma. Allí Sir Lady Denali reunió las pocas fuerzas que le quedaban y tachó a su esposo de inútil y de tener poca hombría por haberse dejado robar los campesinos y por haber tenido que resolver ella la situación. El caballero huyó de la furia de su esposa alegando que iba a una importante cacería.

Durante las semanas que Sir Lady Denali tardó en recuperarse, Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Obon y Sir Aedan viajaron al Bosque Salvaje para conseguir una audiencia con su Rey, pero Sir Lady Astrid volvió a perder en su partida de ajedrez contra el enano y les negaron la audiencia.

"Malric, ¿tú sabes porqué venimos aquí cada año?" - el escudero de Sir Obon, conversando con el escudero de Sir Aedan.

Una vez recuperada Sir Lady Denali, nuestros caballeros decidieron que había llegado el momento de devolver las incursiones recibidas por Kent el año pasado. Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Obon, Sir Aedan y Sir Lady Denali llamaron a todas sus mesnadas y familiares. Entre todos reunieron cerca de cuarenta y cinco caballeros, casi ochenta hombres de linaje y algo más de trescientas levas: una impresionante fuerza. Sir Baelor, Mariscal de Salisbury, tomó el mando de la incursión y partieron hacia Kent. Tras unos seis de viaje al fin se internaron en territorio sajón. Una mala decisión táctica de Sir Baelor hizo que los incursores britanos fueran emboscados en un terreno poco favorable para ellos. Aunque Sir Lady Astrid, Sir Baelor, Sir Obon, Sir Aedan y Sir Lady Denali derribaron a un berserker sajón cada uno las bajas entre los britanos fueron tan grandes que Sir Baelor tuvo que tocar retirada. Entre los muertos destacaba el esposo de Sir Lady Denali, aunque la caballera no pareció muy afectada por su pérdida. Con la mayor parte de sus levas y familia muertas, nuestros caballeros se vieron obligados a volver a Salisbury sin haber obtenido nada de botín.


Heridos y fatigados, el castigado grupo de caballeros se vio obligado a viajar a un ritmo más lento del habitual. Eso impidió que llegasen a un sitio adecuado para el descanso antes del anochecer. Una lluvia helada y una neblina impropia de la estación prometían una noche helada. Pero al llegar a un claro vieron un pabellón de tela erigido al borde de una explanada rodeada de árboles. No había nadie a su alrededor.

El pabellón era de blanca seda y su techo de brocado rojo. En sus cuatro esquinas se elevaban unos mástiles coronados por una esfera de oro y sobre ellos un águila de ese mismo material. Las jarcias que lo sostenían eran de seda y sus estacas de marfil. Extrañados, nuestros caballeros se acercaron con cautela al pabellón. Dentro se podía ver un ornamentado diván parcialmente cubierto por un armiño de piel de ardilla y dos almohadas en cada extremo. Dos asientos de marfil con almohadones rojos al lado de una cama y dos candelabros con velas doradas que iluminaban sus pies. En el centro de la tienda había una mesa de marfil grabada con pan de oro, y sobre ella juegos de cubertería también de oro y marfil.

Mientras nuestros caballeros salían de su asombro un enano salió de entre los árboles y se ofreció para atender a los caballeros siempre que aceptaran la hospitalidad de la tienda. Sir Lady Astrid, Sir Baelor y Sir Aedan aceptaron la hospitalidad del enano y pasaron al interior, pero Sir Obon y Sir Lady Denali no se fiaban del extraño lugar y prefirieron dormir al raso con el resto de caballeros. Allí pasaron una terrible noche, húmeda y fría.

En el interior de la tienda Sir Lady Astrid, Sir Baelor y Sir Aedan fueron homenajeados como jamás lo habían sido en sus vidas. El enano trajo del bosque palanganas de plata llenas de agua caliente perfumada con flores para que se asearan. Después llegaron escuderos portando rica carne deshuesada, excelentes vinos y otras fruslerías, todas ellas exquisitas. Mientras nuestros caballeros comían entraron a darles conversación dos doncellas y un hombre joven. Tan parecidos eran que sin duda debían ser hermanos. Hermosos y corteses, trabaron conversación con los caballeros. Sir Aedan, algo receloso a pesar de haber aceptado la hospitalidad de la tienda, prefirió terminar de cenar pronto y se retiró a dormir a una esquina del pabellón con su fiel escudero Malric. Sir Baelor quedó embelasado de Dominique, la joven que conversó con él. La doncella también parecía encontrarse a gusto con el caballero y cuando le preguntó si podía hacer algo más por él, ambos se retiraron a un rincón más íntimo de la tienda, tapado por cortinas, donde pasaron la noche. Sir Lady Astrid conversó castamente con el doncel, que en todo momento se comportó como un perfecto caballero. Mantuvieron una interesante conversación, pero antes de retirarse el doncel comentó a la caballera que existía un terrible abuso de la Ley de la Hospitalidad en aquella tienda y que al día siguiente tendrían que combatir contra el dueño de la misma.

Con el alba nuestros caballeros se armaron. Sir Obon y Sir Lady Denali, ateridos por la fría noche, vieron salir del bosque a un grupo de caballeros y soldados que se dirigían a la tienda. Su número doblaba al de los maltrechos caballeros de Salisbury. Viendo el blasón de su líder, Sir Lady Denali concluyó que el caballero procedía de la lejana Grecia. Sir Obon se interpuso entre el líder de los caballeros y la tienda e intercambió palabras con él, respaldado por Sir Lady Denali. El Caballero Griego exigió a Sir Obon que se apartara de su camino.

"No os lo repetiré una tercera vez. No habéis dormido bajo mi tienda y por lo tanto no os ampara la Ley de la Hospitalidad. Si no os quitáis de en medio preparaos para afrontar las consecuencias." - El Caballero Griego.

Pero Sir Obon no era caballero que se dejase intimidar por unas pocas palabras: el combate estalló. Sir Lady Astrid, Sir Baelor y Sir Aedan salieron de la tienda y se enfrentaron al nuevo enemigo mientras sus familiares se agrupaban siguiendo las órdenes precipitadas del mariscal de Salisbury. Sir Obon combatió mano a mano contra el Caballero Griego. Tras unos minutos de lucha Sir Obon le propinó un terrible golpe que habría destrozado el pecho de un hombre normal. Pedazos de la armadura del Caballero Griego salieron por los aires y éste cayó derribado gritando de dolor, pero tras unos segundos se levantó dolorido, pero indemne.

"¿Cóooomoooooo?" - Sir Obon, tras ver levantarse al Caballero Griego tras recibir 39 puntos de daño.

El combate continuó y los caballeros de Salisbury se fueron imponiendo poco a poco a sus contrincantes. Sir Baelor finalmente venció a sus enemigos y acudió en ayuda de un frustrado Sir Obon, que parecía incapaz de dañar al Caballero Griego. Éste encajaba los golpes con gruñidos de dolor, pero no sangraba. Sir Obon jadeaba por el esfuerzo del combate y los golpes recibidos y no parecía que pudiera contener a tan desigual rival.

La voz de Dominique, la doncella que había pasado la noche con Sir Baelor se alzó por encima del fragor del combate:

"¡Es un descendiente de Aquiles, el héroe griego! ¡La única forma de vencerle es hiriéndole en el talón!"

Esa información dio esperanzas a los caballeros de Salisbury y redoblaron sus esfuerzos contra el Caballero Griego, que maldecía a la doncella por traicionarle. Sir Lady Denali, que también había derrotado a los caballeros que la acosaban, ayudó a Sir Baelor y a Sir Obon a someter al Caballero Griego. Sir Obon volvió a propinarle otro terrible golpe que lo derribó y entre Sir Baelor y Sir Lady Denali aprovecharon el aturdimiento del caballero para sujetarlo y quitarle la protección de la pierna. Sir Obon atravesó el desprotegido talón del caballero y lo clavó en el suelo, haciendo que éste cayese al suelo inconsciente. Con el Caballero Griego caído el resto de enemigos huyó de la explanada.

Así fue como nuestros caballeros se hicieron con la posesión de la fastuosa tienda, que desmontaron y llevaron a Sarum, donde la vendieron por la increíble cantidad de doscientas cincuenta libras. Dominique, la doncella que había traicionado la lealtad a su señor por su amor a Sir Baelor, viajó con ellos y se instaló en Winterbourne Stoke como la concubina del Mariscal.

A lo largo del resto del año llegaron emisarios de Somerset, Marlborough y Dorset con el compromiso por parte de sus líderes de actuar como uno si alguna de estas regiones fuera amenazada. Junto con Salisbury y Silchester las tierras centrales de Logres parecían tener una posibilidad. Desgraciadamente los emisarios de Silchester a Rydychan, entre los que estaba Sir Blains de Levcomagus, habían sido hechos prisioneros en Oxford por Sir Basile y los traidores señores de la región pedían un desorbitado rescate por ellos. Aún más, para protegerse de los anglos y de Silchester, Sir Basile había dado la mitad de las tierras de Rydychan a Sajones de Nohaut y Deira.

Llegaron noticias de la guerra entre los sajones. El Rey Ælle, apoyado por Wessex y Essex finalmente se enfrentó al Rey de los Anglos por la disputa del título de bretwalda. Ambos reunieron sus ejércitos y se enfrentaron en la Batalla de Hertford. Los anglos fueron vencidos y Ælle se proclamó vencedor de la batalla, aunque no se internó en sus tierras para devastarlas. Desde entonces los anglos no fueron tan arrogantes como antes, y el Rey Ælle aumentó su prestigio entre todos los pueblos sajones de Britania.

A principios de otoño Sir Bennem regresó del norte. El Rey Nanteleod había pasado el verano maniobrando entre Lambor y Bedegraine, asediando castillos y aceptando la rendición de ciudades. Y aunque el ejército de Lindsey tuvo oportunidad, el Duque Corneus no había atacado a Nanteleod.

Durante el invierno Sir Baelor enterró a uno de sus hijos; el niño había perecido en el incendio de un establo en circunstancias sospechosas.



Los Caballeros en el 502

Sir Aedan (Edad 25)
Caballero Galés Pagano, Caballero Vasallo, Gloria 2.221
TAM 10   DES 9   FUE 12   CON 16   ASP 18
Habilidades principales: Coquetear 15, Intriga 15 Equitación 16, Espada 16
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 16, Enérgico 17, Generoso 16
Posesiones:
  • 1 señorío en Tribuit
    • Medbourne
  • Tesoro: 17 £

Sir Baelor (Edad 38)
Caballero Celta Cristiano Britano, Caballero Abanderado, Mariscal de Salisbury, Gloria 11.185
TAM 14   DES 13   FUE 18   CON 12   ASP 11
Habilidades principales: Administración 18, Cazar 19, Batalla 20, Equitación 18, Espada 27, Lanzas 17.
Rasgos y Pasiones famosas: Lujurioso 17, Enérgico 16, Justo 16, Valiente 17, Lealtad (Conde Robert) 16, Amor (familia) 16, Honor 15, Lealtad (Escudos de Sarum) 19.
Posesiones:
  • 7 señoríos en Salisbury
    • Winterbourne Stoke
    • Market Lavington (cedido a Sir Alastor)
    • Marston (cedido a Sir George)
    • Bodenham (cedido)
    • Coombe Bisset (cedido)
    • Over Wallop (cedido)
    • Chitterne (donado al padre Karras)
  • 1 Castillo
    • Winterbourne Stoke - Patio y empalizada - VD 5/3 - 10 infantes
  • 6 Caballeros Vasallos (Sir Alastor, Sir George y 4 más)
    • Tesoro: 39£ y 120 denarios

    Sir Lady Astrid (Edad 38)
    Caballera Sajona Cristiana Britana, Caballera Abanderada, Castellana de Vagon, Campeona de Salisbury Gloria 12.232
    TAM 12   DES 12   FUE 17   CON 14   ASP 15
    Habilidades principales: Administración 16, Juegos 15, Percepción 16, Primeros auxilios 17, Encanto nórdico 18, Equitación 18, Espada 26, Lanza de caballería 17
    Rasgos y Pasiones famosas:  Mundana 17, Enérgica 17, Generosa 16, Honesta 16, Justo 19, Valiente 19, Lealtad (Conde Robert) 21, Amor (familia) 17, Lealtad (Escudos de Sarum) 20, Lealtad (vasallos) 16, Odio (otros sajones) 17, Preocupación (sus campesinos) 16.
    Posesiones:
    • 4 señoríos en Salisbury:
      • Dinton
      • Grately
      • Monxton (cedido a Sir Lady Aria)
      • Vagon
    • 2 Castillos
      • Dinton - Zanja y terraplén con foso - VD 4
      • Vagon - Patio y empalizada - VD 5/3
    • 3 Caballeros Vasallos
    • Tesoro: 33 £ y 15 denarios
    • 5 denarios


      Sir Lady Denali (Edad 22)
      Caballera Celta Pagana Britana, Caballero Mantenido, Gloria 2.502
      TAM 11   DES 10   FUE 17   CON 17   ASP 12
      Habilidades principales: Oratoria 15, Espada 15
      Rasgos y Pasiones famosas: Enérgica 16, Generosa 16, Valiente 18, Odio (sajones) 18.

      Posesiones:
      • 1 señorío en Salisbury
        • Lake
      • 1 destrero
      • 1 corcel
      • Tesorería: 24 £

        Sir Obon (Edad 28)
        Caballero Cristiano Arriano, Caballero Vasallo, Gloria 3.925
        TAM 15   DES 9   FUE 18   CON 14   ASP 10
        Habilidades principales: Equitación 16, Espada 20, Lanza de caballería 15
        Rasgos y Pasiones famosas: Clemente 16, Enérgico 16, Frugal 16, Honesto 16, Valiente 17, Lealtad (Conde Robert) 17
        Posesiones:
        • 1 destrero andaluz
          • Tesoro: 27 £ y 55 denarios

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