Dibujo

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"Una espada, una tierra, un Rey."

Feudalismo

Feudalismo



Las reglas y leyes del feudalismo gobiernan el mundo de Pendragón. Las siguientes secciones tratan acerca de hechos y creencias que prevalecían en la Edad Media, pero que son desconocidas para la mayor parte de la gente hoy en día.

Sin embargo, ten en cuenta que las reglas y leyes de Pendragón están generalmente basadas en las considerablemente mejor conocidas leyes de Europa en los siglos XXII y XXIII, no en las de la Britania del siglo VI. Aún así, son hechos históricos — la realidad de un mundo brutal y violento. Los jugadores deben al menos estar vagamente familiarizados con estos factores para comprender completamente a sus personajes.

El feudalismo comienza con la creencia de que todo pertenece al rey, como mayor señor de la tierra. Todos los derechos provienen del rey, que ha distribuido parte de sus derechos y responsabilidades entre sus señores; ellos, a cambio, distribuyen parte de estos derechos y responsabilidades entre sus caballeros. Todas las obligaciones son personales, dependientes de la relación entre un señor y sus seguidores. Los seguidores juran lealtad al señor y más tarde son conocidos como vasallos de ese señor.

El señor se asegura la lealtad de sus seguidores favoritos entregándoles tierras, el producto individual permanente más valioso del reino. Recibir oro es un honor ligeramente dudoso, ya que incluso un campesino puede ser sobornado con oro. Sin embargo, una transferencia de tierras es sagrada. Hay dos tipos de transferencias de tierras comunes:

  • Una cesión se entrega durante la vida del receptor, pero a su muerte regresa al señor.
  • Una donación se entrega durante la vida del receptor y la de sus herederos.

Un vasallo realmente no posee la tierra que se le da, pero sí posee todos los beneficios obtenidos de esa tierra. El vasallo recibe su donación a cambio de lealtad y servicios. Mientras las obligaciones del caballero sean cumplidas, los beneficios son legalmente suyos y no se le pueden quitar en justicia. Típicamente, las obligaciones son servir lealmente en las campañas militares de su señor y aconsejar a su señor sobre asuntos importantes. A cambio, el señor presta su vasallo, protección, sustento y ayuda para sobrevivir. Así, existe un acuerdo no equitativo, pero sí recíproco entre señor y vasallo.

Las obligaciones pueden ser modificadas sólo si las dos partes están de acuerdo. Normalmente sólo se cambian cuando una persona ha hecho algo significativo por el otro. Si el vasallo ha rescatado al rey en el campo de batalla, podría recibir su cesión anterior como una donación permanente. Si el caballero viola su fidelidad, puede perder la tierra que le había cedido el señor. Los motivos típicos para que la tierra vuelva al señor incluyen traición, fallo al dar apoyo al señor o la falta de un heredero cuando el titular de la cesión muere. Las hijas pueden heredar las cesiones de sus padres sólo si no hay herederos varones.

Los rangos de vasallaje feudal comienzan con aquellos más cercanos al rey, tanto en amistad como en riqueza. En Pendragón estos son los reyes de Britania, señores y oficiales. A cambio, estos hombres designan sus propios vasallos. Los caballeros (escuderos, como caballeros en entrenamiento) son la clase más baja de nobles vasallos. Pueden tener tierras del rey, de un conde, de un señor menor o incluso de otro caballero; en algunos casos raros, un caballero puede convertirse en vasallo sin una cesión o donación de tierra.

Los jefes de las iglesias y monasterios también recurren a la concesión de tierras a caballeros vasallos a cambio de servicio leal. Los monasterios a menudo se convierten en poderosos propietarios de tierras con sus propios caballeros para protegerlas. 


Juramentos



Un juramento es una promesa hecha con Dios como testigo, la forma más sagrada de promesa y no puede romperse excepto con las más graves consecuencias: para los cristianos, implica la amenaza de condenación eterna en el Infierno.

Quizás igualmente importante, sin embargo, son las consecuencias sociales más inmediatas. Todas las personas normales rehúyen a quienes rompen sus juramentos. La palabra de una de las pocas posesiones que un hombre tiene después de que todos los bienes materiales hayan se le hayan arrebatado. Mide su alma y personalidad. Alguien que rompe sus juramentos tiene un alma marchita y diminuta, no es alguien en quien confiar y pierde los derechos que posee como miembro de la sociedad. Ya que toda la sociedad se basa en juramentos y en mantener la palabra dada, cualquiera que falle a su deber falla en defender la sociedad y, por tanto, no puede ser parte de ella.

Los juramentos pueden tomarse literal o figuradamente. Sin embargo, la mayor parte del pueblo llano espera que se cumpla su espíritu, mientras que los intelectuales a veces permiten que sólo se cumpla la letra. Dichos malentendidos son la causa de muchas fricciones entre clases. En términos de juego, los juramentos se manejan usando la pasión de Honor.


Homenaje y fidelidad

Todo caballero excepto el rey es vasallo de alguien. Todo el que tiene un señor ha realizado un ritual (posteriormente llamado ceremonia de recomendación) compuesta de homenaje y fidelidad, comprometiendo a dos hombres libres en un vínculo irrompible y permanente de lealtad.

La primera parte de la ceremonia, el homenaje, es antigua, habiéndose originado entre los francos y los sajones. El homenaje es un acto de sumisión. Es el juramento personal de subordinación a su señor. El vasallo se arrodilla y levanta sus manos juntas hacia su señor, que las rodea con las suyas. El vasallo recita un breve juramento prometiendo ayuda y consejo. Ayuda significa asistencia militar, mientras que consejo significa apoyar al señor en sus negocios y dar consejo. Entonces, el señor recita una promesa similar de liderazgo y apoyo expresada como beneficium, o regalo. El beneficium es normalmente una concesión de tierras o, feudo. Tras los juramentos, el vasallo se levanta y los hombres se besan una vez para sellar el pacto. Esto finaliza el acto de homenaje.


Fidelidad es un juramento de lealtad. Es un juramento solemne, a menudo hecho sobre reliquias de santos. La cláusula más común de fidelidad es una promesa de no atacar nunca al señor. Al contrario que el homenaje, que puede hacerse una sola vez, el juramento de fidelidad es a veces repetido para recordar a alguien su lugar o cuando el señor crea que es necesario.
Después de que ambos juramentos se hayan completado, el vasallo es “hombre de otro hombre”. También se le llama a veces “hombre de manos y boca”.

Es posible tener múltiples lealtades cuando un hombre jura fidelidad a dos (o más) señores diferentes. El asunto se vuelve confuso en la corte, pero actualmente la solución más popular ofrecida para el problema de múltiples señores es la práctica de tener un señor feudal. Es decir, entre todos los señores, uno es seleccionado como feudal y tiene prioridad sobre la lealtad del vasallo en caso de conflicto.

Tu personaje sólo tiene un señor para comenzar, lo que no crea problemas. Sin embargo, si adquiere tierras en algún otro lugar, el personaje deberá escoger uno como su señor feudal. 


Clases sociales



La sociedad consiste en tres clases sociales estrictamente separadas — nobleza, clero y campesinado. Todos participan en este sistema. La gente nace en una clase específica y entra en la misma ocupación que sus padres. La gente normalmente no espera cambiar su status.

Esto parece chocante para nosotros hoy en día, cuando la libertad individual es el ideal más elevado. Los miembros de nuestra moderna sociedad democrática tienen dificultades para comprender el sistema de clases que dominaba la sociedad medieval, pero es necesario comprenderlo para capturar la esencia y el significado de la literatura y los eventos de la Edad Media.

Las clases sociales estrictas no son inherentemente erróneas o malas. Mucha gente encuentra confort al evitar responsabilidades y saber que su rutina diaria va a ser predecible e inmutable. No es estar en una casta lo que es malo, sino estar en una casta explotada. Así, aunque muchos siervos miserables querrían mejorar su condición, saben que siempre serán siervos, con todas las ventajas y desventajas de ser un hombre o mujer de la tierra.

La clase gobernante de los nobles retiene celosamente sus prerrogativas. Los nobles son tan insistentes en mantener las diferencias de clases que un caballero es probable que pierda su status por llevar a cabo un comportamiento no caballeresco, como realizar trabajos físicos o prestar dinero. La creencia incuestionable en “la fuerza da la razón” permite a los nobles mantener su prerrogativa a expensas de todos los demás.

Es importante, sin embargo, recordar que estas son clases sociales, no castas estrictamente. Por ejemplo, cualquier caballero puede alcanzar la posición de señor siendo generosamente recompensado por su propio señor. Es más, incluso un campesino podría llegar a ser caballero mediante la habilidad de combate demostrada en el campo de batalla. Finalmente, el clero llena sus filas con gente de todas las clases.

Es cierto que en cada época hay personas que no encajan en su clase. Estas personas son excepcionales y, como las personas excepcionales de cualquier época, encontrarán su camino a través o alrededor del sistema para su beneficio. En la Edad Media, los campesinos excepcionales normalmente se unían a la Iglesia o se convertían en empleados personales de un noble. Los miembros excepcionales de la clase gobernante podían convertirse en santos, como San Francisco o en héroes, como el Rey Arturo. 


La Clase Noble

La nobleza es la clase superior. Los nobles son los líderes y guerreros de la sociedad. No trabajan para su propio mantenimiento, pero consiguen la comida y los bienes para su vida de otros.

Sin embargo, dentro de esta clase no todas las personas son iguales. Existen dos divisiones diferentes, comúnmente llamadas nobleza alta y baja. La baja nobleza la forman los caballeros. La alta nobleza está formada por señores. Los señores incluyen a todos los caballeros que poseen sus propios vasallos e incluye a todos los propietarios de tierras hereditarios. Los señores también son caballeros, por supuesto, pero normalmente se refieren a ellos por su mayor rango.

Esta división es común entre la mayoría de culturas feudales. En inglés, los términos para la alta y la baja nobleza son en inglés lords (alta) y gentry (baja); en francés, son los barons y chevaliers; en alemán, Herren y Ritter y en español, grandes e hidalgos.

Además, dentro de la categoría de señores hay varios rangos de nobles. Entre los Britanos, estos rangos son de menor a mayor, como sigue: abanderado, barón, conde (NdT: en el original, earl), duque y rey.

La responsabilidad principal de los caballeros es servir como fuerza militar para su señor. Tienen muchos privilegios y libertades que no están disponibles para las clases inferiores, ganadas a cambio del compromiso de morir, si es necesario, por su señor.

Los caballeros están en la clase más aventajada y por tanto tienen la mayor libertad y los mayores privilegios del juego. Pendragón trata principalmente sobre esta clase de hombres.


La Clase clerical

El clero incluye a todos los miembros de la Iglesia Cristiana, una poderosa institución que posee considerables tierras y muchos derechos. Los eclesiásticos están exentos de las leyes más comunes y declaran lealtad a Dios, una autoridad mayor que el rey — una declaración que es fuente de un gran conflicto entre el clero y la realeza.

El clero, que se supone casto, difícilmente puede esperar reproducirse por sí mismo, de modo que extrae a sus miembros tanto de la nobleza como de entre los campesinos. No es raro para el hijo más joven de la nobleza unirse al clero en lugar de ser un caballero sin tierras, buscando cualquier oportunidad que la Iglesia pueda darle. Para los campesinos brillantes y ambiciosos, la Iglesia proporciona la mejor oportunidad para avanzar.

Los eclesiásticos pueden ser clero secular o monástico. El clero secular incluye a los obispos y a los sacerdotes de pueblo que administran los sacramentos a los campesinos y supervisan el desarrollo espiritual de sus feligreses. Los monásticos son hombres o mujeres que han seguido el camino espiritual del aislamiento y se han unido a comunidades especiales que practican la devoción apartados de los caminos de la gente corriente. 


La Clase Campesina

Todo aquel que no pertenece a la nobleza o al clero es un campesino. Los campesinos son la base de la sociedad y representan el 95% de la población. Son la gente corriente que proporciona comida y bienes que permiten a la nobleza y al clero perseguir sus funciones especializadas. Los campesinos son principalmente granjeros, sean pobres siervos sin ninguna libertad o ricos terratenientes que mantienen el derecho de cambiar de señor a voluntad. Sin embargo, los artesanos que pueblan las ciudades y hacen sus mercancías también son campesinos, así como los mercantes que actúan como intermediarios para el comercio a lo largo de Britania.

Los miembros de la nobleza pueden convertirse en campesinos. Los hijos de un escudero se consideran campesinos, aunque de buena posición dentro del amplio espectro de campesinos. Los campesinos también pueden a veces entrar en las filas de los caballeros. Cualquiera que pueda conseguir armas y empleo en grupos de mercenarios puede ascender de soldado o sargento a escudero o caballero mediante el reconocimiento de su líder. Los campesinos que llevan a cabo acciones sobresalientes, incluso fuera del campo de batalla, pueden ser elevados a la categoría de escuderos o incluso caballeros por sus agradecidos señores. A veces los señores desesperados por dinero venden el rango de caballero a hombres ricos. Más a menudo, sin embargo, las hijas de los señores se casan con campesinos ricos, que comparten sus riquezas con el señor a cambio de la posibilidad de que sus propios hijos se conviertan en nobles. 

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