Las grandes ciudades son un lugar desconocido para los caballeros celtas de cualquier periodo. La realidad política y económica de las ciudades medievales no tienen cabida en Pendragon. Los caballeros no se relacionan con gremios, burgueses ni con los malos hábitos de los mercaderes.
Los caballeros son terratenientes rurales y la ciudad les atrae y repele por igual. La tenencia de tierras aporta seguridad y recursos a largo plazo, aunque los nobles disfrutan de los bienes de lujo proporcionados por las ciudades. A los caballeros les desagradan las ciudades porque son pequeñas, sucias y están atestadas de campesinos que se esconden tras su fachada urbanita para desafiar a los nobles.
Sin embargo, las ciudades también son una fuente de riqueza. Ahí residen los artesanos que fabrican las herramientas que convierten a un hombre en caballero. Ahí están también los mercaderes que importan de más allá del mar bienes exóticos y maravillosos. Las ciudades son, pues, un mal necesario.
¿Qué es una ciudad?
En términos de juego, las ciudades son centros de población que tienen al menos a 1.000 habitantes y albergan un mercado permanente donde se pueden obtener bienes de fuera de la región. Normalmente están amuralladas y poseen una guarnición propia, así como gremios para sus habitantes y una bonita iglesia o catedral (esta última indicando la presencia de un obispo).
Casi todos los otros centros de población no urbanos son castillos, que generalmente tienen una aldea en sus cercanías, a veces dentro de su propia empalizada. Pero las ciudades casi siempre suelen albergar al menos un castillo dentro de sus propios muros.
En Britania la ciudad más grande al principio de la campaña es Londres. La siguiente es Eburacum, luego Gloucester y Norwich, cada una con cerca de 10.000 habitantes. Cuando los jugadores realizan compras en tales sitios pueden usar la tabla de Precios de Gran Ciudad. (Más tarde, Camelot se convierte también en una gran ciudad).
Todas las otras ciudades albergan entre 1.000 y 3.000 habitantes, y usan los precios habituales del libro de Pendragon.
Los dueños de los castillos no tienen acceso a los objetos de la lista de precios (para eso hay que ir a las ciudades).
He aquí algunas ciudades:
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